DISFUNCIONES EN EL PAÍS MÁS POBLADO DEL MUNDO

El estigma de las 'shengnu'

China afronta la paradoja de que, a pesar de tener más hombres que mujeres, ellas suelen ser rechazadas a partir de los 27 como pareja

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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Describe sin titubeos al hombre que busca: «Honesto. Responsable. Cariñoso. Entre 35 y 50 años. Con carrera universitaria», enumera una mujer de 40 años. «Es que yo he estudiado en Estados Unidos…», aclara mientras escruta a las decenas de candidatos a su alrededor, cada uno con un número escrito en una pegatina en forma de corazón, y escribe algo en su libreta.

La fiesta organizada en los aledaños del pequinés lago de Houhai por la agencia matrimonial Miral Circle es su esperanza para escapar de la soltería. Las agencias han proliferado en los últimos años. Solo en Shanghái hay censadas unas 130. Evidencian la problemática social: las jornadas laborales extenuantes liman el espacio para socializar y la soltería es un oprobio.

Es habitual que los padres desaconsejen a sus hijos ennoviarse durante sus estudios para evitar distracciones y se les exija el día después de graduarse. El regreso a casa en las vacaciones anuales puede ser una tortura. Un joven que había decidido sacrificarlas leyó en un diario cómo su madre le prometía que no le perturbaría por su falta de pareja esta vez en una página comprada de publicidad. En todas las grandes ciudades chinas existen parques donde los padres arreglan citas a sus vástagos tras intercambiar información como quien examina cromos. Muchos temen que sus hijas acaben sin descendencia ni sustento en un país que ha perdido la red de seguridad maoísta. Incluso gobiernos locales organizan actos multitudinarios para que los solteros dejen de serlo. Uno reciente en Shanghái atrajo a 20.000 personas.

Un fragoroso e hiperactivo maestro de ceremonias se esfuerza por romper la timidez de los congregados. Finiquitada la cena, llega la hora de las presentaciones. Cada uno se levanta e informa de su nombre, edad y profesión. Hay juegos como la elaboración de arreglos florales que ellos, azorados y arrodillados, ofrecerán a ellas. La hora de la salsa evidencia que muchos no han pisado en su vida una pista de baile.

«Mis padres están muy preocupados y me han concertado muchas citas con mujeres, pero son de pueblo y no me gustan. Cuando las rechazo, dejo en evidencia a mi familia. Aquí es diferente, no hay presión», señala Yan Lei, de 40 años y natural de la provincia rural de Henan. Como consultor de educación ingresa unos 200.000 yuanes anuales (24.500 euros). «En Pekín necesitas el doble para vivir bien. No tengo casa ni coche, quizá por eso no he encontrado aún pareja. Un hombre tiene que cuidar bien a su esposa», opina.

El panorama es más sombrío para las mujeres. Las desparejadas son llamadas shengnu (algo así como mujeres sobrantes) a partir de los 27 años. El término despectivo empezó a usarse la década pasada en la prensa nacional y ha calado. Incluso la web de la Federación de Mujeres de China, de inspiración feminista, incluyó numerosos artículos dirigidas a las shengnu hasta que el alud de críticas aconsejó borrarlos. Vamos shengnuEl precio de ser shengnu o También las shengnu hacen locuras son programas televisivos que muestran a mujeres luchando por conseguir un hombre. También las tiendas on line ofrecen su batería de productos para facilitar la vida de las shengnu.

Más hombres que mujeres

Una de cada cinco mujeres chinas entre 25 y 29 años es soltera. La apertura económica ha variado los usos sociales. En 1950, las mujeres urbanas se casaban antes de los 20 años; en 1980, a los 25. Hoy lo hacen a los 27. Las solteras sufren el estigma social y la presión insuperable del tiempo. «Para los hombres es más fácil. Aunque sean viejos pueden encontrar pareja. Para una mujer de 35 años es casi imposible. Ni siquiera los hombres de 50 años quieren treintañeras», señala Wang Min, directora y fundadora de Miral Circle.

La paradoja del término shengnu reside en su error. Quienes sobran en China son los hombres. El desequilibrio de géneros es de los más acusados del planeta. Se calcula que en 2040 habrá un excedente de 44 millones de hombres. Pero los solteros son a menudo pobres campesinos, mientras las solteras son profesionales liberales urbanas reacias a bajar el listón de su exigencia. Hay ya un incipiente movimiento de orgullo shengnu en China. Una representación teatral llamado Diálogos de shengnu fue un éxito meses atrás. En él, mujeres relataban en primera persona sus experiencias y la lucha contra el estigma sin atisbo de vergüenza.