La universidad del próximo curso
Examen de emoticonos
Para algunos fue la pregunta regalo. Para otros, una sorpresa con trampa. Los más de 30.000 estudiantes catalanes que ayer empezaron las pruebas de selectividad se encontraron, ya en el primer examen, el de Lengua Castellana, con una cuestión cuanto menos atípica: ¿qué matiz expresivo tienen los signos ortográficos ? y !!! y los emoticonos :-) y :-(? Tras el preceptivo comentario de texto sobre El árbol de la ciencia de Pío Baroja -un clásico de estas pruebas y lectura obligatoria de bachillerato desde hace más de 25 años-, los examinadores posiblemente quisieron lanzar un guiño de modernidad a los chavales con el singular ejercicio de los emoticonos.
La sorpresa no fue solo para los chicos. Más de un adulto planteó alguna duda al saber que la selectividad de este año preguntaba por los emoticonos. ¿Hasta qué punto es esta una cuestión académica, pertinente para evaluar si un alumno reúne las condiciones para acceder a la universidad? ¿Debe tomarse la cuestión como una simple frivolidad, como un intento de introducir en las pruebas elementos de la cultura popular o como una voluntad explícita de dar a estos signos categoría de normalidad?
«Estos símbolos o, mejor, estas construcciones formadas por distintos signos ortográficos son, en definitiva, un sistema de comunicación, un lenguaje casi universal con un gran valor comunicativo», argumenta Salvador Gutiérrez Ordóñez, miembro de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) y coordinador ortográfico de la última versión del diccionario editado por este organismo. «Los emoticonos -afirma-forman parte del temario de lengua en bachillerato». «Se trata de una pregunta que tiene cierta gracia... Que los examinadores la hayan propuesto no deja de ser una sorpresa incluso grata», añade el académico.
MANOS ALZADAS / «La verdad es que sí, que nos ha pillado a todos un poco descolocados. Ha habido gente en el aula que ha levantado la mano para pedir una aclaración o saber exactamente qué se nos estaba preguntando», explica Júlia Baquero, una de las jóvenes que ayer empezaron el maratón de exámenes de esta semana. «Creo que nadie se esperaba una pregunta así», afirma la chica, razonablemente satisfecha por cómo le está yendo la selectividad. De hecho, más que los emoticonos, para Júlia fue complicado tener que ordenar, como se les pedía en el examen, los pasos a seguir en la elaboración de un plato recogido en el libro Las recetas de Carvalho, de Manuel Vázquez Montalbán. «¡Es que hay que tener nociones de cocina para responder esta pregunta!», se exclamó. Y a ciertas edades...
La otra opción en el examen de castellano incluía un texto de Eduardo Punset, que daba pie a los alumnos a reflexionar sobre la palabra escrita y la palabra hablada. En la prueba de catalán las alternativas planteadas daban a elegir entre un fragmento de Drames rurals, de Víctor Català, y un artículo de opinión publicado en el diario Ara en que la autora, Bibiana Ballbé, relata una anécdota vivida en Nueva York. Los examinadores fueron aquí más convencionales que sus colegas de castellano.
30 AÑOS DE HISTORIA / Un motivo de rechazo a la introducción de los emoticonos en la prueba de ayer son las discrepancias que puede suscitar su significado, sujeto a muchos matices. «Yo he improvisado, he aplicado en cierto modo el sentido común», argumenta Guillem Sala, otro de los jóvenes que se enfrentan estos días a la selectividad. «Su origen se atribuye al científico norteamericano Scott Elliot Fahlman, quien al parecer en 1982 comenzó a utilizar los símbolos :) y :( para distinguir las bromas de los textos serios en los mensajes de los tablones de anuncios», explica José Luis Orihuela, profesor en la Universidad de Navarra y autor de Mundo Twitter.
«Como recuso habitual que son en los soportes digitales, los emoticonos se han convertido claramente en una herramienta de comunicación casi cotidiana», admite Xavier Laborda, profesor de Lingüística en la Universitat de Barcelona. Son, y en esto coincide con el académico Gutiérrez Ordóñez, «elementos con un valor expresivo muy alto», ya que se crearon, explica, «en contextos de limitación de espacio, como los mensajes sms». Con todo, «son una muestra también de la impericia de algunas personas para expresarse por escrito», opina.
«El chat, el correo electrónico, la mensajería instantánea y más recientemente Twitter han puesto de manifiesto la necesidad de matizar mediante símbolos el sentido de un mensaje textual para evitar errores de interpretación», alega por su parte Orihuela. Los también llamados smileys y sus formas más arcaicas de puntos, paréntesis y guiones «forman parte de la cultura de los nativos digitales, abocados a la inmediatez y a la brevedad por los servicios de mensajería. En los últimos años, la restricción de 140 caracteres del popular servicio de microblogging Twitter ha impulsado no solo los emoticonos, sino toda una simbología», indica.
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