PÉRDIDA DE POBLACIÓN

España tiene 1.840 municipios rurales en riesgo de desaparición

Salàs de Pallars reabrió su escuela en el 2015, tras 16 años sin niños.

Salàs de Pallars reabrió su escuela en el 2015, tras 16 años sin niños. / periodico

Carme Escales / Barcelona

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"La ciudad no es para mí", lo dijo Paco Martínez Soria, pero fue en una película del año 1966. En la España real y actual, investigaciones como la que acaba de publicar el Centre d’Estudis Demogràfics (CED) de la UAB confirman que es la vida en los pueblos la que no atrae para vivir en ellos. «El 60% de los municipios españoles tiene menos de 1.000 habitantes, ocupa el 40% de la superficie, pero a duras penas concentra el 3% de población». Este es uno de los resúmenes del trabajo realizado por el especialista en migraciones internas en España y profesor del departamento de Geografia de la UAB e investigador del CED, Joaquín Recaño.

A partir del estudio de 4.925 municipios, Recaño alerta de que 1.840 de ellos van camino de la despoblación de forma irreversible. El peor futuro –apunta su indagación– es para Castilla y León, Castilla la Mancha, Teruel y La Rioja. «En los últimos años, las causas demográficas de la despoblación rural han cambiado», expone el investigador. «La emigración ha perdido fuerza y han cobrado importancia las pérdidas de gente por muy baja natalidad y mayor mortalidad por envejecimiento, pero el escenario se ha agravado y presenta un serio problema de sostenibilidad demográfica», dice.

La degradación de espacios construidos y el riesgo de incendios de bosques dejados son algunos de los peligros

Tres tipologías

El trabajo del especialista establece tres tipologías de casos: Los espacios rurales de resiliencia demográfica, que son 1.463 municipios, con menor impacto de la emigración; espacios rurales de emigración, 1.622 municipios con un número importante de residentes masculinos, relativo envejecimiento y alto impacto de la emigración, y los espacios rurales en riesgo de despoblación irreversible. Estos últimos son esos 1.840 municipios en peor situación, con muy baja densidad de población –una media de 110 habitantes–, envejecimiento severo y emigración femenina muy elevada.

Los de mayor resiliencia demográfica, «más capacidad para resistir los procesos de despoblación en entornos que se despueblan» –especifica Recaño–, son los municipios del valle del Ebro, la zona sur entre Cáceres y Toledo, los pueblos pirenaicos y las regiones mediterráneas.

“Después de la crisis, las zonas rurales han perdido todos los habitantes que habían ganado en tiempo de bonanza», apunta Marc Riera, presidente de la Fundació Món Rural (FMR), entidad que nació con el primer Congrés del Món Rural, impulsado por la Generalitat en el 2006.

«Explicar a la ciudadanía que, sin el mundo rural, Catalunya no tiene futuro, y contribuir a mejorar la calidad de vida en el ámbito rural, con el gran reto de detener la despoblación, son objetivos relevantes de la fundación”, explica el experto.

La situación en Catalunya

En Catalunya, la situación más delicada, según datos de la FMR y según indican también los datos aportados desde el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat), «son las comarcas interiores del prepirineo, los municipios del secano de Lleida, Tarragona o Terres de l’Ebre», indica Riera. «El 60% de municipios con menos de 1.000 habitantes han perdido población entre los años 2008 y 2015», añade.

Los siete municipios catalanes en riesgo de despoblación irreversible son Bausen (con 64 habitantes), Cava (57), Fulleda (87) y Guimerà (con 275), en las comarcas de Lleida, mientras que en las de Tarragona figuran Forès (47), Margalef (97) y Vallfogona de Riucorb (94).

Una de las líneas de trabajo de la fundación que preside Marc Riera es el Atles de la Nova Ruralitat, que muestra las tendencias demográficas en el ámbito rural. Una de ellas señala que en los dos Pallars, la Noguera, la Segarra, Conca de Barberà y Terra Alta tienen más de un 20% de población con más de 85 años.

Según datos del Idescat, en enero del 2016 los municipios de Forès, Bausen y Guimerà superaban ya el 40% de población con más de 65 años. En Forès no había ningún menor de 14 años y le seguían la Figuera, Fulleda, Gisclareny y Sarroca de Bellera.

El Govern ha aprobado crear una comisión interdepartamental sobre despoblamiento rural, adscrita a la Conselleria d’Agricultura, para elaborar un diagnóstico y dar soluciones concretas al desequilibrio demográfico.

¿Por qué urge actuar?

«La degradación de espacios construidos y del ecosistema contiguo y el crecimiento de un bosque desordenado propicio a incendios son el peligro del abandono rural», alerta Recaño. El experto  considera necesaria inversión pública para fomentar el arraigo territorial.

Desde la asociación española de municipios de montaña EsMontañas (www.esmontanas.org), su presidente, Paco Boya, insiste en que «el 85% de la población vive en un 20% del territorio, en ciudades que no tienen mecanismos para gestionar el cambio climático. Por ello considera que el equilibrio demográfico y la atención al mundo rural, que es donde están los bosques, sumideros de CO2, debe ser tema prioritario para todos.