Balance demográfico

España baja de los 47 millones por el éxodo de la crisis

TONI SUST
BARCELONA

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aunque no falta quien pregone que los inmigrantes prefieren quedarse en España aunque no tengan trabajo, eso no es verdad. El gran crecimiento demográfico español de finales del siglo XX y principios del XXI se sustentó en la llegada de foráneos en busca de un empleo, que entonces existía, en gran medida a cuenta del sector de la vivienda, epicentro posterior de la crisis económica. En el 2001, la población española era de 40,5 millones. En el 2006, de 44,7 millones.

Se acabó el empleo y empezó el éxodo. El 2012 fue el primer año en el que España perdió población desde el final de la guerra civil. Y en el 2013, la tendencia se mantuvo y aumentó. El 2011 fue, a su vez, el primer ejercicio en el que se registraron menos extranjeros. Según datos del padrón que el Instituto Nacional de Estadística (INE) dio ayer a conocer, durante el año pasado el número de bajas de extranjeros fue 545.980, esencialmente porque se fueron de España en busca de un futuro mejor. Eso deja la población española en 46.725.164 habitantes, frente a los 47.129.783 con que acabó el 2012. Y rebaja el porcentaje de inmigrantes -que en números absolutos son 5.000.258- más de un punto: del 11,8% de final del 2012 al 10,7% de final del 2013.

MUERTES Y NACIMIENTOS / La diferencia global es, pues, de 404.619 personas menos en el  2013 que un año antes. Teniendo en cuenta que 545.980 extranjeros desaparecen de la estadística, la cifra final se explica porque hay un aumento de españoles: 141.361 más en el padrón. Ese aumento, significativo, no se debe al crecimiento vegetativo, que se calcula restando las defunciones a los nacimientos, sin computar la inmigración extranjera. Porque, según datos del INE, en el 2012, por ejemplo, el crecimiento vegetativo fue de 51.698 personas.

No hay cifras del total del 2013, pero la previsión es un número inferior: la natalidad baja. Así, no hay más españoles porque nazcan más, si no por las nacionalizaciones. Los datos del INE, que solo llegan hasta el 2012, lo dan a entender: ese año hubo 115.557 concesiones de nacionalidad española, casi las mismas que en el 2011: 114.599. Atendiendo a los 140.000 españoles de más en el padrón, las nacionalizaciones habrán sido algo inferiores en el 2013, pero explican el aumento.

CATALUNYA, MÁS INMIGRANTES / Catalunya presenta unas circunstancias similares a las de España en su conjunto en el tránsito de un año a otro. En el 2013, Catalunya perdió a 72.500 extranjeros que figuraban en el padrón. Según los datos que se conocieron ayer, al acabar el 2012 había en Catalunya 1.158.472 foráneos. Y al concluir el 2013, 1.085.976. El porcentaje de extranjeros es de un 14,5%, superior en 3,8 puntos al total español. El conjunto de la población catalana ascendía en el 2012 a 7.553. 650 personas y el pasado 1 de enero había bajado a 7.512.982. Porque la pérdida de población global es casi la mitad de la extranjera que se ha ido. En Catalunya, el pasado 1 de enero, había 40.668 personas menos que 12 meses antes.

De nuevo pesan las nacionalizaciones como explicación. Y de nuevo conviene mirar atrás para ver a qué ritmo se han producido en Catalunya. Durante el 2012, último año del que se conoce la cifra, recogida por el INE, hubo 25.891 concesiones de nacionalidad a foráneos en Catalunya, algo menos que en el 2011 (28.603) y el 2010 (29.150).

Volviendo a datos globales españoles, la población presenta una media de edad de 42,2 años, según el padrón, pero varía mucho en función del origen. Los españoles tienen de media 43 años y los extranjeros, 34,9 años. La diferencia de edad entre autóctonos y foráneos es indiscutible y es un rasgo lógico, dado que la población que viene de otros países lo hace en busca de un trabajo. En la franja de edad de 16 a 44 años de edad se encuentran el 58,4% de los extranjeros y solo el 37,1% de los ciudadanos con nacionalidad española. El 40% de la población reside en ciudades de más de 100.000 habitantes. Los hombres constituyen el 49,1% del total, frente al 50,9% de mujeres.

A la vista de que la recuperación económica es algo que solo aparece en los optimistas anuncios del Gobierno de Mariano Rajoy, y de que el día a día desmiente que la situación mejore, es de suponer que en los próximos años seguirá reduciéndose el número de foráneos. Porque los datos atestiguan lo que podría resultar obvio: que los extranjeros vinieron a trabajar y empezaron a irse en cuanto el trabajo se acabó.