Jordi Ballart: "Terrassa va a por la gestión pública directa del agua"

El edil socialista ha tejido un pacto de gobierno con CiU, su eterno contrincante, y ha mejorado las tensas relaciones con la vecina Sabadell

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ALBERT SEGURA / TERRASSA

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Terrassa ha experimentado un cambio en el consistorio marcado por la alianza entre el PSC de Jordi Ballart y CiU, que se entienden por vez primera después de años de rivalidad entre pesos pesados como Pere Navarro y Josep Rull. Un cambio de relaciones que se extiende también a la vecina Sabadell, con quien se han tendido puentes de diálogo y colaboración, y con la que se espera poder conectar más temprano que tarde con el cuarto cinturón. La municipalización del servicio de aguas, la lucha contra los bancos que no ceden vivienda para fines sociales y la gratuidad del peaje de Les Fonts son algunos de los frentes abiertos.

Este mandato han cambiado de socios de gobierno. Venimos de unas elecciones que dejaron el pleno fragmentado, un resultado que nos daba un mensaje, que debíamos dialogar para entendernos. Veníamos de gobernar con ICV-EUiA, pero el pacto con las fuerzas de izquierdas no fue esta vez posible, así que hablamos con la otra fuerza política dispuesta a llegar a un acuerdo e implicarse en la gobernabilidad de la ciudad, que era CiU. Entiendo que era un pacto difícil de explicar porque CiU siempre ha sido en Terrassa la alternativa al PSC, dentro del imaginario de la ciudad estábamos pactando con el eterno rival, fue necesaria mucha pedagogía.

¿Y lo entendió la ciudadanía? La gente entendió el pacto en clave egarense, ha habido mucha predisposición, en CiU tienen mucho sentido de la responsabilidad y lo han mostrado en la gestión que hacen. A pesar de todo, no tenemos mayoría porque nos son necesarios dos concejales, y ello nos obliga a entendernos con otras fuerzas políticas. Para la aprobación de los presupuestos, Terrassa en Comú (TeC) y ERC se abstuvieron, a pesar de ser oposición contundente en algunos temas tienen un grado de responsabilidad con los presupuestos, y demuestra que en momentos clave la oposición responde.

¿Qué ha aportado el pacto de gobierno? Las dos fuerzas no competimos por el mismo electorado, y eso ha facilitado la gobernabilidad y provoca menos tensiones en el día a día. Es importante la sintonía entre concejales, y estos primeros meses hemos visto muchas diferencias con la Generalitat, la deuda con Terrassa ha pasado de 23 millones a 9, y teníamos encallados temas como el tercer carril de la autopista C-58 que ahora tienen el compromiso del ‘conseller’ de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull. El peaje de Les Fonts es un tema a parte, no tiene sentido pagar cuando en 100 metros tienes la salida y no se dispone de una vía de alta capacidad alternativa. Queremos recuperar la gratuidad, como en época del tripartito.

Están, además, de enhorabuena, con la reciente ampliación de los FGC en la ciudad. Ha permitido incrementar en un 42% los viajeros, al principio tuvimos problemas en hora punta, porque los trenes venían llenos del norte y los usuarios que subían en Rambla tenían que ir de pie los 45 minutos de trayecto hasta Barcelona. Hace un mes se sumaros dos trenes más en hora punta por la mañana, y ha sido positivo. Además hemos podido ajustar el transporte público y fomentar la reducción del uso del coche.

Una de las piedras en el zapato es el cuarto cinturón. La ministra en funciones de Fomento, Ana Pastor, dijo que se desencallaba hasta Abrera, intentaremos creerlo. A pesar de que vino y pasó de los alcaldes y alcaldesas, los ingenieros dicen que se han reactivado las obras, y que el calendario es finalizarlas hasta el Baix Llobregat entre el 2018 y el 2019. Pero queremos que una vía de alta capacidad como esta no acabe en una rotonda al norte de la ciudad, sino que siga, al menos, hasta la Ronda Oest, en Sabadell, ya que se construyó para este objetivo, y con el menor impacto medioambiental posible. A parte también sería necesaria la vía orbital ferroviaria.

Fueron los precursores en sancionar bancos con pisos vacíos. ¿Cómo les ha ido? El artículo 41 de la ley del 2007 permite abrir expedientes sancionadores, mientras que la ley 24/2015 [contra la emergencia habitacional y la pobreza energética] establece las cesiones gratuitas de entidades, pero ésta ultima ha quedado suspendida. Seguimos aplicando la primera, lo que nos ha permitido recuperar 500 pisos, con unas cien sanciones. El objetivo no es multar, es garantizar la función de las viviendas. Muchos ayuntamientos han abierto expedientes, pero pocos han llegado a la fase de multar.

Ahora se plantean asumir el control del agua en Terrassa. Es el tema más importante y estratégico que tenemos entre manos en los 40 años de democracia. Estamos acabando de hacer la liquidación de la concesión, que acaba el 1 de enero de 2017, y hemos valorado que es el mejor momento para gestionar el agua, que queremos que sea de calidad, eficiente, con tarifas justas y una gestión transparente. Nos hubiese gustado que hubiese habido predisposición y buena voluntad por parte de la empresa, Mina Pública d’Aigües de Terrassa, que tiene un 35% en manos de Agbar y un 10% de BBVA. Tomamos decisiones democráticas por pleno que han recurrido, con una actitud muy poco colaborativa y conflictiva, y no aceptan que tengamos la voluntad de gobernar el servicio del agua. La titularidad del servicio es municipal, así que viendo tal actitud vamos a por la gestión pública directa. Haremos una consulta este verano entre los ciudadanos.

¿Plantean más municipalizaciones? Lo único más que hay en manos privadas es el transporte público, del grupo Avanza, en breve se acaba la concesión y a finales de año deberíamos decidir el modelo. Puede coincidir con el proceso del agua, pero aun no hemos decidido cómo gestionarlo.

Parece que están haciendo buenas migas con Sabadell, cosa que años anteriores hubiese sido impensable. Se ha intensificado la relación, no tiene sentido que dos ciudades muy similares no puedan complementarse y se miren de reojo. Eso es gracias al talante de las personas. Con Manuel Bustos (PSC) en Sabadell era complicado entenderse por su personalidad y carácter, pero con Joan Carles Sánchez (PSC) y ahora Juli Fernàndez (ERC) la relación es fácil. Nos permite abordar temas que nos afectan, como la movilidad, planes conjuntos para la zona intermedia entre las dos ciudades o el modelo de comercio que queremos para la comarca.

La Conselleria de Salut ha planteado una serie de acciones para mejorar la sanidad pública en Terrassa. La desprivatización del servicio en la Clínica del Vallès es positiva, dado que revierte en centros públicos como el Hospital de Terrassa, que tiene un déficit histórico de 30 millones de euros. Hemos notado una actitud muy diferente a la del anterior ‘conseller’ de Salut, Boi Ruiz, con mucha predisposición a resolver problemas. El anuncio de inyección de 9 millones de euros al hospital es positiva, porque desvanece las sombras de privatizaciones y absorciones.