LA SITUACIÓN DE LOS PACIENTES

«Ahorran a costa de nuestra vida»

Enfermos de hepatitis C piden que Salut promueva análisis masivos para detectar a los no diagnosticados

Pedro Santamaría

Pedro Santamaría

À. G.
BARCELONA

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La hepatitis causada por el virus C que infecta el hígado ha sido considerada tradicionalmente como la peor enfermedad hepática. En realidad, explican los hepatólogos, es tan grave como la causada por el virus de la hepatitis B, una infección para la que existe tratamiento antiviral curativo, aunque en este caso indefinido. Ambas infecciones tienen en común un elemento fatídico: son silentes. Los virus que las causan avanzan en silencio, destruyendo lenta pero inexorablemente el hígado invadido. Pueden permanecer así 10 o más años, sin causar malestares u otros síntomas que alerten de su presencia. Un día, en un análisis rutinario o al ir a donar sangre, se descubre el contagio, o bien se manifiesta en forma de una cirrosis que ya ha destruido una porción importante del imperscindible órgano. Entonces, la hepatitis ya es grave, y puede conducir a un cáncer o a un fallo fulminante que exija un trasplante.

De ahí que Pedro Santamaria, de 62 años, enfermo de hepatitis C desde hace 26 a causa de una transfusión sanguínea contaminada, insista en la necesidad de que la Conselleria de Salut promueva un análisis masivo de la población, en busca de los virus hepáticos no diagnosticados. «En Catalunya se conoce la infección de unas 50.000 personas, pero nosotros calculamos que son 200.000 las que sufren hepatitis C», afirma Santamaría. En toda España, serían 800.000 pacientes, aunque solo se conoce a unos 170.000.

«La hepatitis C está silenciada por la Generalitat, está estigmatizada -prosigue-. Los nuevos antivirales no nos llegan. Ahorran a costa de nuestra vida». A Santamaría, la hepatitis C le ha condicionado la vida. «Es una enfermedad limitante -asegura-. Me ha afectado el físico y la vida social, familiar y laboral. Me duelen los músculos y las articulaciones. Me quedo sin energía. He tenido depresión. Estoy irritable. Tengo la dentadura destruida, pierdo la vista y tengo la piel llena de dermatitis».