ARGUCIAS FISCALES

El pueblo con 252 vehículos por habitante

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Virginio no tenía ni idea. Viene de tirar la basura, a pocos metros de su casa, en Aguilar de Segarra (Bages), un pueblo de 246 habitantes. "¡No me digas! ¿252 coches por habitante? Yo con uno me apaño. Lo tengo ahí, un Peugeot 405, y espero que me aguante unos años más". Este jubilado, extaxista, explica que en el edificio del ayuntamiento hay una oficina de Europcar. Sabe poco más. "Ahí en la esquina verá el cartel en un cristal, pero nunca he visto a nadie. Creo que tiene que ver con el impuesto de circulación". Así es: muchas compañías de alquiler de vehículos o de 'renting' inscriben sus flotas en pequeños municipios de toda España. Así, gracias a esta argucia legal -les basta con abrir una sede fantasma-, pueden pagar hasta ocho veces menos que en las capitales de provincia y polos turísticos por los que circulan sus autos.

Todo parte de la eliminación del distintivo provincial en las matrículas, esa letra o ese par de letras que identificaban el origen del coche. "Nadie en Madrid quería un vehículo con matrícula de Barcelona, o viceversa. Y en los tiempos del terrorismo de ETA, tampoco se podía circular por Bilbao con según qué placa", señala Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), entidad que destapó el asunto. A partir de septiembre del 2000, cuando el Gobierno unificó el emblema para toda España, las empresas, conocedoras de que los ayuntamientos tienen competencia en materia de impuesto de circulación, empezaron a mercadear. 

PANAMÁ EN CASA

Valentí Riera, alcalde de Aguilar de Segarra, argumenta la cosa sin tapujos. Se enteró por un pueblo vecino y se puso manos a la obra. El municipio, que por cierto, arrastra la mayor deuda por habitante de Catalunya, tenía a finales del 2014 un total de 62.030 vehículos censados, y en el 2015, se matricularon otros 20.863. Sin tener en cuenta estos últimos (falta la cifra de cuántos se dieron de baja el año pasado, puesto que estas flotas se renuevan constantemente), al pueblo le tocan 252 por cabeza. El edil no quiere concretar cifras, pero el pueblo puede estar ingresando cada año más de medio millón de euros gracias a la tasa aplicada a los vehículos de tracción mecánica. Si los del ejercicio anterior se hubieran matriculado en Barcelona, según cifras aproximadas de la AEA, el gobierno de Ada Colau habría recaudado cerca de 1,3 millones de euros. En Aguilar, en cambio (cogiendo como referencia el tramo bajo del impuesto), pagaron menos de 200.000 euros.

En Barcelona, un coche de entre ocho y 12 caballos fiscales paga 64,06 euros. En los denominados 'paraísos fiscales' de la automoción, la cifra se reduce a 8,52 euros gracias a las bonificaciones que aprueban los pueblos de hasta el 75% del coste del impuesto mínimo que sí marca el Estado. En el caso de un vehículo medio, en Aguilar se pagan poco más de 17 euros. Es el caso del veterano Peugeot de Virginio. En la capital catalana desembolsaría 136 euros. Las grandes ciudades podrían bajar las tasas para competir en precio, pero en el global no les saldría a cuenta, así que contemplan la situación con rabia contenida, sin poder hacer nada. 

CONDICIONES A MEDIDA

"Los consistorios premian, por poner un ejemplo, a los vehículos con catalizador, cuando a día de hoy, lo llevan todos", apunta Arnaldo. El presidente de la AEA sostiene que los pequeños pueblos "ofrecen de todo a las compañías, desde un local gratis hasta cobrar el impuesto el 31 de diciembre o cuando les vaya bien". El consistorio que consiga hacerse con un gran contrato no solo tiene asegurada la entrada de dinero, sino que los vehículos matriculados no generaran desgaste alguno en el municipio, que no requerirá más policía local ni semáforos, ni aparcamientos. Es una pequeña fortuna que entra limpia. "Panamá no solo está en Panamá; está mucho más cerca", ironiza el dirigente de los automovilistas. 

En opinión de Miguel Ángel Saavedra, presidente de la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos (Feneval), "en una economía libre de mercado, cada compañía tiene la oportunidad de elegir el ayuntamiento que considere oportuno para matricular sus coches en función del coste de los impuestos, respetando escrupulosamente la legislación vigente". Y así lo hacen. Y así de bien les va.

EQUIPAMIENTOS DE LUJO

Aguilar de Segarra dispone de piscina pública, campo de fútbol y un centro social con teatro, equipamientos que serían la envidia de municipios mucho más grandes. "Sin lo que aportan estas empresas habría sido imposible pagar todo esto, pero que quede claro que no hacemos nada fuera de la ley", insiste Riera, que lleva 37 años en el cargo. El bar del casal abre todas las tarde. Lo lleva una simpática joven que dice que con un coche "normalito" ya se arreglaría. Se ríe de la estadística. Y celebra la picardía de su alcalde. Este quizás sea uno de los pocos casos en los que los pequeños pueblos, o una mínima representación, le pasan la mano por la cara a las grandes ciudades: les roban el impuesto pero les envían la contaminación y los atascos.