Eco carioca del rechazo a Wert

Entre la Torre de Babel en la que se convirtió estos días el Tercer Encuentro Internacional de Rectores Universia, si hubo un idioma que destacó por encima de los demás fue el español. Y si algo caracterizó los discursos de algunos de los representantes españoles fueron las muestras de inconformismo con la actual situación de la educación superior en España. El borrador de decreto presentado la semana pasada en Madrid por el ministro de Educación, José Ignacio Wert, no ha dejado indiferente a nadie. Especialmente disgustado con la última medida de la «era Wert», el rector de la Universidad Complutense de Madrid, José Carrillo, tachó de «barbaridad» la idea de que cada universidad pueda decidir si ofrece grados de tres o de cuatro años y másteres de dos o de uno.

«Este planteamiento va en contra de lo que significa el Espacio Europeo de Educación Superior y de tener títulos reconocibles. Es desregularizar aún más el sistema español; es desmontarlo en definitiva», comentó Carrillo en Río de Janeiro.

En su opinión, la medida tendrá efectos irreversibles sobre la salud de las universidades públicas españolas, que ya han sufrido una pérdida del 3,3% de estudiantes desde la llegada del del PP al Gobierno, mientras que las privadas han aumentado sus alumnos un 2,6% en el mismo tiempo. «En comunidades como la de Madrid va a suponer más recortes para las universidades, pues el Gobierno pensará que si se pueden hacer grados de tres años para qué hacerlos de cuatro, y financiarán únicamente los primeros. Esto supondrá menos coste para el Estado y más para las familias. Es una tomadura de pelo», agregó.

Carrillo, quien en ningún momento ocultó su disgusto con las políticas educativas del Gobierno, redundó en las demandas del presidente de los rectores españoles,  Manuel López, a Wert: que «alivie» a las universidades, en particular en la tasa de reposición del personal docente que se jubila, establecida actualmente por el Gobierno en el 10%.

«Si seguimos con esa dinámica, al final vamos a tener que cerrar titulaciones o hacer que los profesores trabajen el doble», explicó el rector, quien aprovechó la oportunidad para lanzar un claro mensaje de alarma dirigido al ministro español de Educación: «El sistema universitario español no puede ya con tanto recorte y, o se da un cambio que permita relanzarlo y apostar por la educación, o la factura que va a pagar España va a ser muy elevada».