espectáculo astronómico

El eclipse de la madrugada del lunes teñirá la superluna de color rojizo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La madrugada del lunes podrá observarse desde toda Europa occidental un eclipse total de Luna, un fenómeno astronómico relativamente común pero que en esta ocasión llega a su cita con un atractivo aliciente: el satélite se encuentra en el perigeo, el punto de mayor acercamiento a la Tierra de todo su movimiento orbital, lo que ocasionará que su tamaño aparente en el cielo sea un 14% mayor de lo habitual (y hasta un 30% más brillante). Desde 1900 solo se han registrado cinco coincidencias entre superluna y eclipse. Y la próxima vez no será hasta el 2033.

Aunque los eclipses de Luna han perdido gran parte del interés científico que tuvieron antaño, cuando se empleaban por ejemplo para analizar la corona solar, aún son una hermosa excusa para trasnochar hasta bien avanzada la noche del domingo, como sucede en esta ocasión. Concretamente, el eclipse se prolonga durante seis horas entre el inicio y el final de la penumbra, pero la fase total, cuando la Luna se oculta y alcanza las típicas tonalidades rojizas de los eclipses totales, comenzará a las 04.11 del lunes (hora española) y acabará a las 05.23. El punto culminante será a las 04.48.

Los eclipses de Luna, que se repiten de media un par de veces por año, aunque no necesariamente se ven desde todo el planeta, acontecen cuando se produce en el espacio un alineamiento casi perfecto entre el Sol, la Tierra y la Luna, una circunstancia que solo sucede en fase de Luna llena. Al interponerse el planeta, el satélite desaparece de nuestra visión o, más exactamente, se torna rojizo. Ello es debido a que la atmósfera terrestre actúa como una lente que desvía la luz solar y filtra sus componentes azules, dejando pasar solo la luz roja, que es la que luego se proyecta. Algo parecido sucede en los atardeceres. «Y al igual que en los atardeceres, la coloración final depende de las condiciones atmosféricas. Nunca hay dos eclipses de Luna iguales», avanza José Luis Ortiz, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Este fenómeno se había vinculado históricamente a desastres y malos augurios, pero la realidad es que no pasa absolutamente nada.

A SIMPLE VISTA / Aunque la órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es perfectamente circular, la diferencia entre el perigeo y el apogeo -punto de mayor alejamiento- es difícil de distinguir a simple vista. Así que observar la superluna solo estará al alcance de los aficionados a la fotografía que comparen con imágenes tomadas en días previos. «A simple vista, para un particular la Luna tendrá el mismo tamaño de siempre», advierte Josep Ramon Noy, de la asociación Aster de Barcelona.