El ébola registra en dos días un récord de más de 100 muertes

El brote de ébola que desde marzo asola el África occidental causó 106 muertes e infectó a 227 personas los días 17 y 18 de agosto, a los que corresponde el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hecho público ayer. Se trata del mayor número de víctimas mortales y de nuevos casos en 48 horas desde que se realizan registros. Y eso pese a que el martes la OMS lanzó un mensaje de esperanza, afirmando que se había detectado una ralentización en la propagación de la enfermedad. Con el nuevo recuento, son ya 1.350 las víctimas mortales, muy cerca, pues, de las 1.500 de la previsión más baja hecha por el Centro Europeo de Prevención de Enfermedades (ECDC), el organismo de vigilancia infecciosa y salud pública de la Unión Europea.

Los datos actualizados reflejan que los casos suman 972 en Liberia y 907 en Sierra Leona. En el primero, donde la situación todavía no parece controlada, ha habido ya 576 defunciones, mientras que en el segundo el número de decesos asciende a 374. En ambos, la OMS asegura que la transmisión del peligroso virus sigue siendo muy alta.

Eso sí, la OMS considera, como hizo también en su informe del pasado martes, que lo datos registrados en Guinea, con 579 personas infectadas y 396 muertas, son cuanto menos alentadores, ya que «el ritmo de transmisión ha disminuido gracias al nivel de sensibilización que se ha logrado entre la opinión pública». En Nigeria se mantiene la cifra de cuatro muertos y 15 contagiados.

DISTURBIOS EN MONROVIA / La tensión en Liberia, donde el domingo hubo ya una fuga y un saqueo en un centro sanitario, volvió a estallar ayer y cuatro residentes del suburbio de West Point, en Monrovia, que se encuentra en aislamiento, resultaron heridos como consecuencia de los disparos hechos por miembros del Ejército y la policía. Los disturbios se produjeron después de que los 75.000 residentes de West Point se despertaran ayer rodeados por un cordón de soldados y policías fuertemente armados, como consecuencia de la declaración de cuarentena durante la noche. Al verse aislada, la población respondió lanzando piedras y gritos de ira contra la presidenta, Ellen Johnson Sirleaf.

Los enfrentamientos estallaron cuando llegó a la zona un furgón de la policía para evacuar a una representante del Estado, que reside en el barrio con su familia, levantando las protestas de los vecinos. Después de lanzar gases lacrimógenos para dispersar a la multitud, los soldados acabaron abriendo fuego.

El miedo a la propagación del virus ha hecho que, mientras tanto, en el centro de la ciudad, la mayoría de las tiendas estén cerradas, incluido el gran mercado de Waterside, el mayor de la capital. La población evita los lugares donde pueden producirse contacto, al tiempo que empieza a denunciar el inminente desabastecimiento de alimentos.