CRISIS POR LA RENUNCIA FORZADA DE LA MINISTRA

Dos altos cargos de Ana Mato rivalizan por heredar su puesto

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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La carrera por ocupar la plaza de la dimitida Ana Mato ha empezado y se prevé tensa hasta que el próximo miércoles Mariano Rajoy comunique su decisión. Dos mujeres, las dos altos cargos del Ministerio de Sanidad, aunque con apoyos y perfiles opuestos, han reconocido a sus entornos que aspiran a heredar el puesto, aunque ello no obsta para que en las quinielas entren otros candidatos ajenos al departamento.

El nombre que más suena es el de Pilar Farjas, actual secretaria general de Sanidad y Consumo. Es el que más eco ha obtenido de sus aspiraciones, quizás porque ya empezó a mostrarlas mucho antes, cuando la cabeza de Mato estuvo en el alero por su pésima gestión de la crisis del ébola y ella frecuentaba ya los pasillos de la Moncloa.

Pese a ser la número dos del departamento en las cuestiones sanitarias, logró el milagro de no salir en ninguna foto de la crisis desatada por el virus, ni participar en ninguna rueda de prensa. Puede que estos antecedentes jueguen en su favor, pero también en su contra. En este Gobierno, solo uno puede permitirse el lujo de esconderse.

TODO UN CARÁCTER

Quienes conocen a Farjas destacan su «carácter fuerte», el eufemismo más habitual para referirse a las personas destempladas. También se le señala como la autora de sonados fiascos, como la implantación del copago de los medicamentos en los hospitales que ninguna autonomía ha adoptado y la exclusión de las lesbianas en la fertilización in vitro de la sanidad pública.

A su favor juega que es médico de profesión y que tiene una larga experiencia en la gestión sanitaria. Fue alto cargo en Sanidad con Ana Pastor y consejera de Sanidad en la Xunta con Núñez Feijóo. Un activo frente al lastre que ha supuesto para Mato su desconocimiento del sector.

HORIZONTE ELECTORAL 

La otra aspirante es la valenciana Susana Camarero, de perfil más político y dialogante. No carga con la pesada herencia del ministerio porque solo ocupa la plaza de secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad desde hace unos meses. Es una mujer de partido y su principal apoyo proviene de ahí. María Dolores de Cospedal y Esteban González Pons influyeron en Mato para que la nombrara, tras una larga trayectoria en el grupo parlamentario, tanto en los temas sociales y como de igualdad.

Los partidarios de Camarero sostienen que da el perfil necesario ahora que quedan ya pocas reformas sanitarias por afrontar. Los recortes ya están hechos y están pendientes, en cambio, los planes de ayuda a las familias y de protección a la infancia que pueden suponer un activo de cara a las elecciones. Queda, además, por delante la minirreforma del aborto, que requerirá mano izquierda.

AMIGOS Y DESCARTADOS

Rafael Pérez-Santamaría sale en todas las quinielas cada vez que Rajoy debe nombrar a alguien del ámbito sanitario. Tiene fama de ser uno de sus mejores amigos. Orensano de nacimiento, dirigió el hospital de la Pontevedra natal del presidente. Hasta ahora ha rechazado todas sus ofertas. Dirige desde hace 10 años el Hospital La Paz de Madrid y no parece dispuesto a abandonar su perfil técnico. El consejero de Salud de Castilla-La Mancha y portavoz del PP de Sanidad, José Ignacio Echániz, era la apuesta del sector más conservador del PP pero se autoexcluyó este jueves en declaraciones públicas. El pasado sábado participó en la protesta contra Rajoy por el aborto.