ABUSOS SEXUALES A MENORES EN EL CLERO ANDALUZ

Doble censura del Papa al obispo de Granada por la red pederasta

El arzobispo de Granada, Francisco José Martínez, atiende a los medios de comunicación tras la reunión de la asamblea plenaria de los obispos, ayer.

El arzobispo de Granada, Francisco José Martínez, atiende a los medios de comunicación tras la reunión de la asamblea plenaria de los obispos, ayer.

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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La actuación del arzobispo de Granada, el polémico Francisco José Martínez, en el escándalo de los abusos sexuales a menores realizados presuntamente por varios sacerdotes de su diócesis no convence al Vaticano. El papa Francisco no cree que Martínez esté actuando con contundencia, y así se lo hizo saber en dos ocasiones distintas al hombre que denunció haber sido víctima de abusos cuando era menor.

A comienzos de octubre, el Pontífice realizó una segunda llamada a esta víctima, un hombre de 24 años que sigue vinculado al Opus Dei y trabaja como profesor en una escuela católica, para de nuevo pedirle perdón no solo por lo ocurrido, sino también por el comportamiento del arzobispado de Granada en la investigación, informó Religión Digital. También le invitó a la Comisión Vaticana de Víctimas de Abusos.

El joven ya había comunicado su situación al Arzobispado de Granada, que al mismo tiempo había recibido instrucciones directas de Roma para iniciar una investigación interna. Sin embargo, dicha investigación no tuvo contundencia ni para el joven denunciante ni para la Santa Sede, ya que excluía de toda responsabilidad a los siete sacerdotes y los dos laicos que encubrieron lo sucedido, a los que llegó a calificar también de «víctimas». Además, el obispo reprochó que hubiera sido el Vaticano quien primero tuviera conocimiento de los casos de pederastia. Este malestar dio pie a la segunda llamada del Papa a la víctima, tras la cual esta puso el caso en manos de la justicia ordinaria.

Al contrario que el arzobispo, la Fiscalía Superior de Andalucía sí apreció en los hechos denunciados indicios de delito por parte de la docena de religiosos implicados, y pidió a la fiscalía provincial que abriera de forma inmediata una investigación. Es al tener conocimiento de este paso cuando el arzobispado decidió también llevar el caso al juzgado, pero señalando solo a los curas pederastas, a los que apartó de sus funciones, y no a los encubridores.

NO INTERFERIR

NO INTERFERIRDespués de dos días desaparecido, y aunque no se le esperaba, el arzobispo Martínez acudió ayer a la asamblea anual de la Conferencia Episcopal para ofrecer explicaciones a sus pares. Ante la prensa defendió su gestión, y dijo que las indicaciones que recibió consistían en adoptar medidas contra los autores directos. Si no hubo medidas contra los encubridores, dijo, «fue porque la justicia ya había intervenido y pidió que la Iglesia no interfiriera en la investigación judicial».

«Si todo esto es verdad, lo tienen que decidir las autoridades judiciales, tanto canónicas como civiles», agregó. Y eludió responder sobre una posible destitución o renuncia. «Mi renuncia, mi vida, no es mía, mi vida es del Señor a través de la Iglesia y del Santo Padre», justificó.

Mientras, la Policía sigue tomando declaraciones para comprobar si hay más víctimas y concretar la participación de los implicados, que podrían ser detenidos en breve.