Diputados contra el CIE

Un grupo de diputados del Parlament y una parlamentaria europea se vieron obligados ayer a la artimaña de simular ser conocidos de internos del centro de internamiento de extranjeros (CIE) de Barcelona para poder entrar y hablar con ellos. Y comprobar, aunque muy someramente, lo que pasa dentro de los muros del edificio. Fue un nuevo intento de romper una opacidad marmórea. Un intento vano, por ahora.

El centro de internamiento de extranjeros vuelve a estar en la picota. Moderadamente, claro está. La mayoría sigue sin saber qué es un CIE. Y encontrar el de Barcelona tiene su mérito. Está entre fábricas, en la Zona Franca. Alejado de todo. Sin indicaciones que faciliten el acceso. Hace años que entidades sociales hacen campaña para la clausura de estos centros, previstos para albergar a extranjeros mientras esperan su expulsión por la falta, que no delito, que supone estar irregularmente en España.

Sirva esta previa para explicar que en la práctica nada ha cambiado en el CIE de la Zona Franca desde que la noche de Reyes del 2012 murió allí el guineano Idrissa Dallo, de 21 años, sin recibir atención médica porque no había en esa franja horaria, a causa de una malformación congénita en el corazón. Un año antes, se suicidó un joven marroquí de 22 años. La lista de las desgracias la cierra el armenio Alik Manukyan, de 32 años, quien se colgó de los cordones de sus zapatos el pasado 2 de diciembre. Su entorno sospecha que lo empujaron a ello. SOS Racisme intentó personarse como acusación popular pero le piden 2.000 euros, una decisión contra la que la entidad ha recurrido.

Denuncias por fin de año

No son las últimas noticias inquietantes. Según la versión de varios internos, los agentes que custodian el centro decidieron pasar parte del fin de año con los internos. No se trataba precisamente, según el testimonio de los foráneos, de repartir cava entre ellos, sino golpes. Varios presentaron denuncia por lo sucedido, y a ese proceso se ha sumado la campaña Tanquem els CIE como acusación popular.

Los internos sostienen que los agresores fueron miembros de los antidisturbios de la Policía Nacional, que vigila el centro. Y aseguran que el clima de intimidación y agresividad es casi constante. Por todo ello, Tanquem els CIE pidió una visita al centro por parte de un grupo de parlamentarios. La Delegación del Gobierno la denegó, argumentando que hay una visita institucional prevista en breve. Y ayer se organizó la alternativa como una especie de protesta.

Diputados de ICV-EUiA, de la CUP y de ERC, amén de la eurodiputada alemana Ska Keller, entraron ayer en el centro a visitar a algunos internos. Para ello se requiere ser familiar o amigo del interno, conocer su nombre y el número de identificación. Por grupos, siguieron ese comportamiento y al salir hablaron de lo que les habían contado, porque apenas pudieron ver nada. Como otros, David Companyon, diputado de ICV-EUiA y miembro de la Mesa del Parlament, explicó que le habían contado que en el centro hay «un estado latente de violencia institucional». Entre los que entraron figuraban también los diputados en el Parlament Pere Bosch, Marta Vilalta, Agnès Russiñol, de ERC; Sarà Vila, de ICV-EUiA, junto con Companyon, e Isabel Vallet, de la CUP.

Los parlamentarios pidieron apoyo ciudadano para cerrar el centro y denunciaron las trabas de la Administración central a la transparencia. La Delegación del Gobierno respondió mediante un comunicado en el que indicó que los diputados pueden sumarse a una visita institucional que preparan las comisiones de Interior del Congreso y del Senado. Lo que significa que pueden ir pero no cuando quieran. De paso, la delegación aprovechó para recordar que de los 55 internos actuales del CIE de Barcelona, 51 tienen antecedentes.

Precisión especial

Es una precisión especial, ya que los internos están allí por la falta de extranjería, aunque además tengan antecedentes. Con la excepción de quienes afrontando una pena inferior a seis años pactan la expulsión. El caso es que la delegación daba a entender con el dato que los internos del CIE son peligrosos. Tanquem els CIE celebra hoy a las once de la mañana otra manifestación ante la instalación para exigir su cierre. Hasta el obispo de Albacete, Ciriaco Benavente, reclamó ayer alternativas más dignas a los CIE.