OPERACIÓN DE LOS MOSSOS

Secuestrada una mujer en El Prat para forzar la entrega de dos menores a un clan

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DAVID GARCÍA MATEU / BARCELONA

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Unos abusos a menores y el divorcio, con estos niños de por medio, de un matrimonio formado por miembros de clanes rivales terminó por desencadenar el pasado 18 de septiembre un secuestro en Sant Cosme (El Prat del Llobregat). Para recuperar a los pequeños, con los que la madre se había escondido del padre y su entorno, el patriarca de la familia paterna dio la orden del secuestro de la tía-abuela materna y así proceder al intercambio de familiares. Los niños estaban bajo la vigilancia de la Administración porque habían sufrido agresiones sexuales por parte del mismo clan paterno. Ahora cinco de los seis secuestradores detenidos han quedado en libertad con cargos y uno permanece en prisión por una orden judicial pendiente. Además, existe otra orden de detención sobre otros integrantes del clan fugados.

EL DÍA DE LOS HECHOS

A pesar de que los conflictos entre ambas familias eran reiterados, la progenitora difícilmente podría imaginar en qué acabaría la decisión de refugiarse con sus hijos. A punta de pistola, unos hombres que iban en dos furgonetas secuestraron a la tía-abuela de los niños en el barrio de Sant Cosme. Su pareja, que había presenciado los hechos, fue quien denunció lo sucedido en la comisaría, tal como han informado los Mossos d’Esquadra. Poco tiempo después, los secuestradores empezaron a realizar agresivas llamadas en las que pedían la entrega de los menores al patriarca, o de lo contrario matarían a la rehén.

Los Mossos descartaron aquella negociación consistente en un cambio de cromos humanos y decidió emprender un operativo de presión sobre los secuestradores, a sabiendas del poco margen de error que tenía. “Se procedió a hacer llamadas telefónicas al entorno de los secuestradores e incluso a alguno de ellos directamente, para que desistieran de su actitud y dejaran en libertad a la persona secuestrada”, explican desde la policía autonómica.

Si el secuestro se produjo a la una de la tarde, a las once de la mañana del día siguiente los secuestradores ya habían liberado a la tía-abuela de los niños “por la presión realizada”, aseguran los Mossos. La mujer retenida no sufrió ningún daño de gravedad, pero sí que fue intimidada con armas de fuego mientras era trasladada de un domicilio a otro. Unos traslados que condujeron a la policía a registrar los seis domicilios del bloque del clan paterno.

 REGISTRO POLICIAL

Los Mossos encontraron en las viviendas tres armas de fuego largas (entre ellas una escopeta de cañones recortados), tres cortas, tres armas blancas, defensas extensibles, 11.600 euros en metálico y 80 plantas de marihuana. Algunas de estas armas fueron exhibidas amenazadoramente por el clan en las ventanas de los bajos para que los transeúntes las pudiesen ver y así disuadir al clan materno de entrar al edificio. Los cargadores de las armas estaban repletos de munición.

Actualmente, los menores están protegidos en un domicilio secreto para que no se les pueda localizar.