"Ni idea, es una cosa, un ovni que cambia de blanco a rojo"

Los Expedientes Ovni desclasificados por Defensa aportan menos pistas sobre movimientos extraterrestres y más sobre la rica imaginación de los españoles

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MAURICIO BERNAL / BARCELONA

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El Ejército español no se toma a la ligera los avistamientos de ovnis, aunque los ovnis o los avistamientos sean supuestos. El 9 de diciembre de 1968, un vecino de la zona llamó por teléfono al Comando Aéreo de Almería y declaró que acababa de avistar “un objeto volador no identificado”, algo que “volaba a distancia y alturas no determinadas”, al este y suroeste de la ciudad. No proporcionaba más detalles. La llamada motivó la apertura de un expediente, el 681209, y obligó al jefe del Sector Aéreo de Sevilla a informar a su homólogo del Estado Mayor del Aire. “Mi querido amigo y respetado teniente general”, empezaba la misiva. En unas pocas líneas le explicaba el caso, y dejaba claro, sobre todo, que la torre de control no había registrado tráfico aéreo “a las citadas horas”. Y acababa: “Todo ello te lo comunico con las mismas reservas con que te transmito otras informaciones parecidas de ovni”. No se le dio más importancia.

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Pero un expediente había sido creado, de modo que quedó guardado en el archivo, y ahora forma parte de los expedientes que el Ejército del Aire ha desclasificado y colgado en internet. Se trata de 80 sumarios creados entre 1962 y 1995, la gran mayoría zanjados con una explicación racional: había un globo aerostático en la zona, había maniobras militares en la zona, ese señor se lo inventó todo. En 1978, por ejemplo, el Ejército mandó a análisis las imágenes que había enviado el supuesto testigo del vuelo de un ovni en Alcorcón. Mostraban unas extrañas luces en el cielo. Las conclusiones del informe sentenciaban: “La foto marcada con el número 1 es simplemente el trazo dejado por un avión a reacción”. Y luego: “Queda descartado que las fotos 2, 3, 4 y 5 sean ni tan siquiera de aviones efectuando maniobras de aproximación o despegue”. El expediente utilizaba la palabra “trucaje”. El caso fue archivado.

UNA LUZ INTENSA Y DESORDENADA

¿Existen los extraterrestres? El Ejército, naturalmente, no pone la mano en el fuego, pero hay casos que fueron solventados sin una explicación convincente. El 16 de diciembre de 1979, los dos tripulantes de una avioneta Cessna que había despegado de Barcelona con rumbo a Zaragoza descubrieron en el horizonte “una luz blanca, brillante y muy potente”, “aparentemente fija y a un nivel ligeramente superior” al de la pequeña aeronave. La luz, “repentinamente”, perdió intensidad “hasta reducirse al tamaño de una cabeza de alfiler”, pero luego, “paulatinamente”, volvió a adquirir “la intensidad inicial”. Luego, “el objeto luminoso empezó a desplazarse de manera totalmente desordenada, lateral y verticalmente”. Para contribuir a la confusión, cuando los tripulantes intentaban comunicarse con la torre de control "solamente eran inteligibles las cuatro primeras palabras". ¿Qué ocurrió? El expediente fue archivado con el número 791216. En ningún lugar explica el origen de la luz.

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En una carta fechada en Castelldefels el 3 de agosto de 1978, el secretario de la Agrupación de Parapsicología y Ufología de Barcelona envió una carta a la Primera Región Aérea del Ejército del Aire para informar de la “aparición” de un ovni el día 4 de julio sobre “Barcelona, Hospitalet y Sabadell”. “Que además fue detectado por el aeropuerto del Prat”, agregaba. De nuevo, la carta desencadenó una investigación por parte del Ejército. Alguien preguntó en el aeropuerto si era cierto que habían visto un ovni y le respondieron que no, pero que durante el mes de julio habían recibido comunicaciones del centro de control de Palma “sobre lanzamientos desde Sicilia y por parte de personal de los EEUU de varios globos”. Otro caso archivado.

NUMEROSOS TESTIGOS

El 23 de febrero de 1971 fue un día interesante para la ufología española. Todos vieron algo ese día: el patrón de un pesquero que faenaba en el Cantábrico, el capitán de un vuelo de Iberia, un monje del monasterio de Olesa, al abad del monasterio de Montserrat, un agente de la Guardia Civil de Monistrol de Montserrat. Dependiendo del testimonio se trataba de “un avión reactor grande, color plata, que incendiado cayó al mar”, de “una estela a la derecha” del avión, de "un objeto luminoso trasladándose en dirección norte” o de “un espectacular abanico de humo blanco”. Además, “el oficial de servicio en el Aeropuerto de Barcelona” recibió ese día “diversas llamadas del exterior en las que le comunicaban varios avistamientos”. El expediente subraya que fue “un suceso real”, pero no le concede el estatus de extraterreno: ese día Francia había lanzado un cohete desde la región de Landes. El 'Tiberio' era el causante de todo.

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Los documentos desclasificados incluyen no pocos avistamientos ocurridos desde aviones. Uno de ellos tuvo lugar el 25 de febrero de 1969, de noche, hacia las nueve y media, en un vuelo de Iberia que hacía la ruta entre Palma y Madrid. Al principio, el piloto se comunica con la torre de control y pregunta si hay tráfico en su ruta, en la misma dirección o en la dirección contraria. Le dicen que no. Entonces informa: “Tenemos a la vista un ovni que da destellos rojos y blancos”. Desde control le piden detalles. “Pues nada, ni idea, es un, es una cosa, es un ovni que, que cambia de blanco a rojo”. “Rojos y luego blancos bastante intensos y luego rojos, se apaga el rojo y se pone como anaranjado y así sucesivamente”. La declaración del piloto da lugar a un expediente de 88 páginas. Una investigación sesuda, un intercambio de cartas entre autoridades. Al final resultó que era Venus, especialmente luminoso esa noche.