LA ENSEÑANZA EN CATALUNYA

Descalabro entre los graduados de FP que aspiran a Magisterio

Prueba de castellano en la pasada selectividad, en la UB.

Prueba de castellano en la pasada selectividad, en la UB. / periodico

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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La mitad de los jóvenes graduados en FP que tenían previsto estudiar Magisterio el próximo curso en Catalunya no podrán hacerlo (a no ser que vuelvan a intentarlo en septiembre), porque no tienen el nivel mínimo exigido en lengua castellana y lengua catalana. La cifra de suspendidos en la denominada Prueba de Aptitud Personal (PAP) para los grados de Educación Infantil y Educación Primaria, un examen específico para los estudiantes que no hacen la selectividad general y en el que es requisito obtener una nota media de 5, ha sido este año especialmente elevada, el 48,2% de 1.148 alumnos, confirmó ayer la secretaría de Universitats de la Generalitat.

El descalabro se produce, paradójicamente, en una convocatoria de selectividad (la PAP es casi idéntica) que había sido definida, tanto por los estudiantes como por sus profesores, como muy asequible. Incluso chupada. Los pedagogos y analistas del sistema educativo lo atribuyen al hecho de que hace mucho tiempo que el Consell Interuniversitari de Catalunya (CIC) mantiene sin apenas cambios el grado de dificultad de las pruebas. Esto contribuye a que cada año mejoren los resultados, ya que los estudiantes preparan las pruebas trabajando a partir de exámenes de cursos anteriores. En concreto, en las dos asignaturas de la PAP las notas medias del conjunto de alumnos han sido este 2015 más altas que nunca: de 6,46 para el catalán y de 6,56 para el castellano.

El curso pasado, el primero en que se realizó esta prueba de aptitud para Magisterio, los estudiantes que más sobradamente superaron el filtro lingüístico fueron los bachilleres (lo pasaron 1.120 de los 1.240 aspirantes, es decir un 90%) frente a los 240 aprobados que hubo entre los 601 estudiantes que habían cursado ciclos formativos de grado superior (un 40%). Este 2015, falta todavía saber cuáles son los resultados de los candidatos que optan a entrar en las facultades de Educación a través de la fase general de la selectividad, casi todos procedentes del bachillerato.

MEJORAR EL NIVEL DEL ALUMNADO

La prueba específica se creó tras un duro pulso entre las facultades catalanas de Educación y la Conselleria d'Ensenyament, que llegó a pedir que la puntuación requerida en lenguas fuera incluso de un 7. Finalmente, en enero del 2014 y a propuesta de los responsables del Programa de Millora i Innovació en la Formació de Mestres (MIF), las universidades acordaron fijarla en un 5. El objetivo de esta medida no es otro que el de mejorar el nivel de los alumnos que ingresan en la carrera docente. En países de referencia en el ámbito educativo como Finlandia son alumnos brillantes.

Al establecer una barrera como la del aprobado lingüístico, se intenta que, además de no cometer faltas de ortografía y sintaxis, los jóvenes que quieren convertirse en maestros tengan también ciertas aptitudes comunicativas orales y escritas, una competencia básica en su profesión. Los resultados de esta decisión no llegarán a las escuelas de primaria hasta dentro de tres años, cuando se gradúen los estudiantes que este año han curso primero.

Por ahora, la primera conclusión de estos dos primeros años de PAP es que los estudiantes que han cursado FP vienen poco o mal preparados en catalán y castellano. «Están siendo, efectivamente, los más damnificados», reconocía ayer el secretario del MIF y profesor de la facultad de Pedagogía de la Universitat de Barcelona. Magisterio ha sido, durante años y sobre todo desde la implantación del Plan Bolonia, una de las salidas universitarias preferidas por los graduados de ciclos formativos.

FACULTADES PREOCUPADAS

El estrepitoso porcentaje de suspensos en las pruebas de acceso a Magisterio entre los alumnos procedentes de la FP preocupan también (y mucho) a las facultades con menor demanda por parte de los alumnos. El año pasado, hubo universidades que tuvieron problemas para llenar las aulas de Educación, hasta el punto que algunas, como la Universitat Internacional de Catalunya (UIC), matricularon en junio a alumnos que no habían pasado la PAP, con la condición de que aprobaran los exámenes en septiembre. La medida fue objeto de amonestación por parte de la Generalitat y muy criticada por otras facultades. La prematrícula de esos estudiantes fue finalmente anulada y, los que pasaron en septiembre, tuvieron que volver a realizar todo el proceso.