19 años sin Cristina Bergua

Juan y Luisa siguen sin saber qué pasó con su hija, que tenía 16 años cuando desapareció. El 9 de marzo, aniversario de ese fatídico día, es desde el 2010 el día de los desaparecidos sin causa aparente

ROGER PASCUAL / BARCELONA

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"La incertidumbre es muchísimo peor que la muerte —constata Juan Manuel Bergua—. Cuando tienes un hermano, hijo o padre que se muere sabes adónde ir a ponerle flores. Yo llevo 19 años buscando a mi hija y no sé si desde el primer día me la asesinaron". El 9 de marzo de 1997, Cristina Bergua quedó por la tarde con su novio. Según le había dicho a unas amigas, tenía la intención de dejarle. Javier Román aseguró que la acompañó un rato hasta el piso de sus padres en Cornellà (Baix Llobregat) pero la joven, de 16 años, nunca llegó a su casa. Sus padres y su hermano empapelaron la ciudad y sus alrededores de carteles con su imagen, recurrieron a la policía, a los medios de comunicación y a todos los instrumentos que estuvieron en su mano.

"Javier no fue a buscarla ni se movió, nunca fue a las manifestaciones. Al principio creía que ocultaba la verdad, pero él no iba a ser más inteligente que la policía...", lamenta el padre de Cristina, con un rostro apagado y hastiado. Un año después, la jueza instructora, Maria Sanahuja, siguió una pista anónima que señalaba que el cuerpo podría haber sido arrojado a un contenedor de basura. "Desde el primer momento se pensó que, en el caso de que hubiera sido el novio [principal sospechoso aunque no había elementos de imputación], una de las posibilidades de que se hubiera desecho del cadáver era tirándolo al contenedor", explica la exdecana de los juzgados de Barcelona.

 Entonces no había cámaras de televisión incorporadas en el interior de los camiones y, en caso de haberlo arrojado a un contenedor, el cadáver habría ido a parar al vertedero del Garraf. Tras buscar por cloacas y casas abandonadas, analizar el coche de un amigo de Javier en busca de rastros de Cristina y dejar pasar un tiempo prudencial por si surgía alguna nueva pista, Sanahuja decidió tratar de encontrarla entre 25 toneladas de desperdicios. "La basura de aquel mes estaba en un espacio equivalente a varios campos de fútbol. En ese momento me quedé muy impresionada de lo fácil que era deshacerse de un cadáver. Solo tenías que envolverlo, y ya estaba".

LA BÚSQUEDA

Con la supervisión del director del Instituto de Toxicología de Barcelona, Juan Luis Valverde, y bajo la atenta mirada de Bergua y Sanahuja, se realizaron catas para dar con los vertidos de ese día. "Por las fechas de caducidad de bricks y latas podemos saber que estuvimos unos días antes y después de la desaparición, pero teníamos un agujero en medio. Al final nos dijeron que quizás algunos días habían llevado la basura al fondo de todo, sin certeza del lugar exacto y con muchas toneladas de desperdicios encima". Alguien filtró a la prensa que la búsqueda en el vertedero tenía un alto coste (que al final resultó ser de 50 millones de pesetas), vulnerando el secreto de actuación. "Estoy convencida de que si se hubiera tratado de la hija de alguno de ellos no les hubiera importado tanto e, incluso, hubieran pedido que se destinaran 500. Pero alguien presionó para que parásemos, aunque si no encontramos lo de esa semana fue porque en ese momento tampoco había control de los residuos". Ahora no puede dejar de ver con un sentimiento contradictorio el contraste entre los 8 policías voluntarios que subieron al Garraf y los 240 agentes que peinaron el Guadalquivir en marzo de 2009 en busca de Marta del Castillo. "Es señal de que se han sensibilizado más y que, con la ayuda de la sociedad, vamos avanzando poco a poco".

INTER-SOS, PIONERA EN LA LUCHA DE LOS FAMILIARES

"Cuando te pasa algo así no duermes, te levantas en plena noche pensando en qué más puedes hacer", reflexiona Juan. Él y su mujer, Luisa Vera, canalizaron sus energías creando Inter-SOS, asociación de familiares de desaparecidos pionera en España. La presión de esta y otras entidades similares provocó que el Gobierno terminara aceptando, tras la alarma social que generaron los casos de Mari Luz Cortés y de Marta del Castillo, algunas de las reclamaciones históricas de los familiares, como la creación de una base de datos compartida entre todos los cuerpos de seguridad del Estado o la aplicación de un protocolo de actuación. El Senado creó una comisión especial para las

personas desaparecidas sin causa aparente, que el 18 de diciembre de 2013 presentó sus conclusiones. El Govern de Catalunya atendió una de las principales reivindicaciones de Inter-SOS, abriendo en abril del 2014 de la Oficina de Atención a las Familias de Personas Desaparecidas, gestionada por los Mossos y pionera en España. El 9 de marzo, aniversario de la desaparición de Cristina, es desde 2010 el día de los desaparecidos sin causa aparente.