RESPUESTA PARLAMENTARIA AL PSC

Cuatro de cada cinco institutos públicos catalanes carecen de comedor escolar

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MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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Poco más de un centenar de institutos públicos disponen de comedor escolar en Catalunya, lo que significa que prácticamente el 80% de estos centros educativos -cuatro de cada cinco- no ofrecen servicio alimentario a los alumnos de entre 12 y 16 años que allí estudian. El dato, facilitado por la Conselleria d'Ensenyament a la diputada del PSC Esther Niubó, pone de manifiesto lo lejos que está la red pública catalana de cumplir con el mandato del Parlament de que el próximo curso 2017-2018 se recuperen los comedores en todos los centros de secundaria. "Es alarmante que Ensenyament no esté velando por la suficiencia alimentaria de los alumnos más vulnerables que acuden a esos centros", lamenta Niubó.

La ausencia de comedores escolares en secundaria es especialmente significativa en los institutos que realizan jornada intensiva ("horario singular" según la terminología que emplea Ensenyament en su respuesta parlamentaria). En estos casos, el porcentaje de centros que disponen del servicio es de tan solo el 13%. "La jornada compactada es, de hecho, el argumento que han utilizado muchos centros públicos para suprimir el comedor, con lo que, de manera indirecta, este ha pasado a ser un servicio prácticamente restringido a los centros concertados, que siguen con el horario convencional", subraya la portavoz socialista en la comisión de Educación del Parlament.

Ante esta realidad, denuncia Niubó, son cientos los estudiantes catalanes que pierden su derecho a disfrutar de una beca de comedor al pasar de primaria a secundaria "y se convierten en niños de la llave, en menores pasan horas solos en casa, con lo que eso supone para la igualdad de oportunidades y para el control de posibles trastornos alimentarios".

LA INTERVENCIÓN DE LA OENEGÉS

En la misma respuesta de la 'consellera' Meritxell Ruiz a la diputada del PSC, la Generalitat reconoce que en los institutos que han incorporado la jornada intensiva y que no disponen del servicio "se buscan soluciones alternativas para los alumnos que por razones socioeconómicas se les ha otorgado una ayuda individual de comedor". Y cita, como ejemplo, "los comedores de centros educativos cercanos". La realidad es que, según información facilitada el pasado abril por la propia 'conselleria' a este diario, solo un 1,5% de los estudiantes de ESO son beneficiarios este curso de una beca de comedor.

Para el resto de alumnos con necesidades alimentarias, son las entidades sociales y en algunos casos los directores de los propios institutos quienes han buscado soluciones por su cuenta, al margen de la Administración. En unos casos, se ha optado por derivar a estos adolescentes hacia comedores sociales; en otros, por habilitar, con recursos privados, un espacio alimentario en las instalaciones del centro educativo.

EL NUEVO DECRETO DE COMEDORES

Pese al mandato del Parlament, el decreto que está redactando Ensenyament para regular la gestión y el funcionamiento de los comedores escolares en Catalunya no prevé la obligatoriedad de este servicio en los centros educativos que realizan jornada intensiva, según desveló la semana pasada la federación de asociaciones de padres de alumnos de Catalunya (Fapac). El departamento que dirige Meritxell Ruiz considera, en palabras de una portavoz, que "cada centro educativo podrá adoptar las medidas que en este sentido considere necesarias", lo que da vía libre a que cada director -o el consejo escolar del centro- decida según su conveniencia o sus intereses.

"Todavía estamos a tiempo de rectificar o enmendar aspectos como este", afirma, en este sentido, la diputada Niubó. "Entidades como la Federació de Municipis de Catalunya, en la que están representados muchos alcaldes del PSC, pueden intervenir en el proceso de negociación del decreto para que se revierta la situación", indica.

De la información facilitada por la 'conselleria' se desprende, asimismo, que hay comarcas enteras sin un solo instituto público con un comedor abierto. Es el caso, por ejemplo, de las de montaña (Vall d'Aran, Pallars Sobirà, Alta Ribagorça, Cerdanya y Berguedà), territorios donde los alumnos de pequeños municipios han de desplazarse a localidades de mayor tamaño para poder ir a clase, pero también del Alt Empordà y el Gironès, el Baix Penedès y el Alt Camp, el Segrià, la Noguera y las Garrigues, entre otras. En estos casos, los alumnos que han de desplazarse tendrían derecho, por ley, a una beca de comedor, pero al no existir el servicio no la están recibiendo. En toda Catalunya, informa la Generalitat, hay 1.355 beneficiarios de las ayudas obligatorias en la pública y 872 en la concertada.