GENTE CORRIENTE

«Cruzamos el océano con una misteriosa caja de madera»

Loreley Bertran, la hija de un reconocido actor y locutor de radio de los años 50, rescata su memoria y sus casetes

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Contraportada / periodico

POR
Gemma
Tramullas

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Bonaventura Busqué (Manresa, 1922 - Barcelona, 1995) era un actor y locutor de radio más conocido por el nombre artístico de Gerardo Bellamor. Tuvo su apogeo a mediados del siglo pasado, pero su fama se disolvió en el océano cuando se embarcó hacia América huyendo de la censura franquista. Su hija Loreley Bertran reconstruye su vida en Montevideo (Uruguay), donde puso en marcha el programa de radio 'Ací, Catalunya'.

-[Loreley muestra un guion de radio con un párrafo marcado en rojo: «Un programa abominable. Escandalosamente inmoral. Esta semana no puede ir al cine ninguna persona decente»] ¿Es de su padre? Sí, es el guion de uno de sus programas en Ràdio Sabadell. ¿Ve estas letras escritas al margen en rojo? NR. Las escribió él y significa: «no radiar».

-¿Se saltaba la censura? Sí. Se definía como agnóstico y librepensador, un hombre de izquierdas al que no le gustaba claudicar. Pero cuando llegó a director de Ràdio Sabadell sintió que no podía seguir siendo íntegro y prefirió marcharse.

-En 1954 se instaló en Montevideo. Entró por el puerto brasileño de Santos con un documento que decía que su oficio era «metalúrgico». En Montevideo encontró trabajo en el sector del calzado, pero se movía sobre todo en círculos teatrales. Actuaba en el Club Español, donde mi madre, Anna Maria Bertran, se enamoró de él, e hizo amistad con la poetisa Juana de Ibarbourou y el actor Alberto Candeau, que era alumno de Margarita Xirgu y que fue mi padrino. Íbamos mucho al Teatro Solís y crecí escuchándoles en las tertulias del Bar Hispano.

-También frecuentaban el Casal Català. Mi padre hacía recitales y mi hermana y yo íbamos al 'esbart dansaire'. Un miembro del Casal, Santiago Cuyàs, le propuso a mi padre que hiciera un programa de radio divulgativo para catalanes y uruguayos. Se llamaba 'Ací, Catalunya' y se emitía en catalán y español a través de CX32 Radio Sur.

-El programa y su infancia se vieron truncados por el golpe de Estado de 1973. Mi madre vendió todas nuestras cosas y reunió el dinero para comprar los pasajes del 'Cristóforo Colombo'. Zarpamos el 6 de septiembre de 1974. Fue la última vez que aquel barco llevó repatriados españoles.

-Usted era una niña. ¿Cómo lo vivió? Mi hermana y yo no pudimos llevarnos nada, ni siquiera nuestras muñecas. Cruzamos el océano llevando muy poco equipaje y con una misteriosa caja de madera. «Si alguien pregunta qué hay en la caja, decid que son zapatos», nos advirtió mi padre.

-Y no eran zapatos, claro. No. Eran los guiones de 'Ací, Catalunya' y las copias de los programas en casete. Franco agonizaba y mi padre no sabía hasta qué punto lo tenía controlado el régimen.

-¿Aún las conservan? Mi hermano menor, que nació cuando ya vivíamos en Catalunya, las tiene guardadas y tenemos intención de digitalizarlas.

-Su padre nunca volvió a recuperar el reconocimiento que tuvo en los años 50. Su sueño de volver a Catalunya acabó en decepción. Le dieron un trabajo en Ràdio 4 para hacer los efectos especiales del radioteatro y salía de casa con una maletita llena de papel de celofán y cascabeles. Más tarde logró una plaza de traductor y corrector pero se sentía frustrado, no solo por su carrera sino porque veía que la Transición no iba en su línea de la justicia social.

-¿Y usted? ¿De dónde se siente? Me siento partida. Creo que hubiera preferido quedarme en Uruguay, pero entiendo la decisión de mis padres. Eran luchadores natos, lo cuestionaban todo y a ellos les debo mi amor por la lectura y el teatro y mi conciencia social.