EPÍLOGO DE UNA TRAGEDIA

El crucero Costa Concordia vuelve a flotar antes de su traslado a Génova

Durante el fin de semana o el próximo lunes empezará su último viaje

Reflote del Costa Concordia

Reflote del Costa Concordia / periodico

ROSSEND DOMÈNECH / Roma

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Las operaciones de reflote del relicto del crucero Costa Concordia han comenzado este lunes a las seis de la mañana, sin que se haya producido ningún percance. A las 10.30 horas los técnicos habían conserguido desanclar el navío de las plataformas de acero y cemento en los se apoyaba desde que en el 2013 fue erguida y desde ahora el crucero vuelve a flotar.

Tras dos años y seis  meses, el Concordia, de la sociedad Carnival se dispone a realizar su último viaje hacia Génova, donde será desmantelada. Sucesivamente al reflote un numeroso e casi invisible grupo de técnicos y obreros han empezado a sacar  una parte del agua contenida en 30 arcones soldados en sus costados para sustituirla con aire comprimido, lo que ha permitido que el relicto empezase a emerger.

A las 10.30 horas se había conseguido reflotar la altura equivalente de un puente o piso del crucero, unos dos metros, que al final del día o durante la noche debería ser de tres o cuatro puentes más. Al final de la operación deberían quedar debajo del nivel del agua unos 18 puentes. Los técnicos han explicado que las 30.000 toneladas inciales de peso del crucero, deberían quedar reducidas a 1.000 antes de proceder a su traslado.

Según ha explicado Francesco Porcellacchia, responsable de la operación, a este punto la nave, ya totalmente flotante, "será trasladada a unos 20 o 30 metros de la costa y estabilizada" y durante el fin de semana o el próximo lunes debería empeza su último viaje. Tras la estabilización, la nave será estudiada y analizada de cabo a rabo para comprender qué necesita antes de su viaje. En sus bodegas, por ejemplo, hay unos 140.000 metros cúbicos de agua, que seguramente está contaminada por líquidos que deben ser eliminados antes de un viaje de 190 millas nauticas.

El visto bueno para empezar lo ha dado a las seis de la madrugada Nick Sloane, director de la operación por cuenta de Carnival, que junto con un equipo de técnicos se encuentra instalado en el punto más alto del Concordia. Los vuelos sobre la isla han sido prohibidos hasta la estabilización de la nave y los ferris que unen el Giglio con la tierra firme han sido cancelados hasta la tarde de este lunes.

Cuatro remolcadores oceánicos, dos de ellos como reserva para una emergencia, se encuentran anclados a poca distancia del navío

Cuatro remolcadores oceánicos, dos de ellos como reserva para una emergencia, se encuentran anclados a poca distancia del navío, esprando el momento de remolcarlo hasta Génova. Se tratará de la mayor procesión marítima jamás vista en el Mediterráneo, con unas 10 naves de apoyo y otras tantas lanchas de la Guardia Costera que funcionarán como un cordón sanitario entorno al relicto. Detrás de la comitiva irán otras naves-barrenderas, dispuestas a recoger líquidos y objetos que se desprendan del crucero. “Todo tendrá que quedar como era antes del naufragio”, ha subrayado Sloane.

“Es la primera vez que se realiza una recuperación semejante, por lo que a cada momento hay que hacer frente a aspectos totalmente desconocidos”, ha dicho Ermete Realacci, presidente de Legambiente, que sigue las operaciónes desde el Giglio. En el estudio y cálculos para realizar la operación reflote y traslado han participado numerosas universidades italianas, prestando sus conocimientos o estudiando situaciones inéditas.

Hasta el momento, la Carnival ha desembolsado mil millones de euros y estima que, al final de la operación, sin contar el desguace, se alcanzará el 1,5 millones.