INFORME DE ECAS

La crisis aumenta la brecha social en Catalunya

El riesgo de pobreza sube 10 puntos en solo un año y amenaza a la clase media

Dos hombres buscan restos de comida en un contenedor.

Dos hombres buscan restos de comida en un contenedor. / periodico

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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Aumentan las carencias y menguan los recursos públicos disponibles, pero el escenario no es igual de desalentador para todos. La crisis está propiciando una “creciente polarización social” en Catalunya, como ha subrayado la presidenta de Entitats Catalanes d’Acció Social (ECAS), Teresa Crespo, que ha alertado de que los ricos son cada vez más ricos y los pobres, además de más numerosos, cada vez más pobres. “El impacto se percibe especialmente en la clase media, con más miembros que dejan de serlo para pasar a los estratos más bajos”, ha destacado. Como consecuencia, la brecha del riesgo de pobreza ha aumentado 10 puntos porcentuales en solo un año, desde el 27% del 2013 hasta el 37,3% del año pasado, según recoge el informe 'Insocat', de indicadores sociales en Catalunya.

Para colmo, incluso dentro de la pobreza hay clases. La peor parte se la llevan los menores de 18 años, con una tasa de exposición a esa falta de recursos del 38,4%, frente al 15,2% de la población de 65 años o más, “evidenciando las prioridades del sistema de protección social”, según Karmele Equiza, de la Fundació Adsis. Una fisura que se acentúa al amparo de la precariedad del mercado laboral y de la “falta de proporcionalidad del sistema fiscal”, ha incidido Crespo. Como consecuencia, muchos jóvenes parten en condiciones desiguales a tan temprana edad: un 11,9% de los menores viven en el seno de una familia en la que ninguno de los adultos tiene trabajo, siete puntos porcentuales más que en el 2008, el inicio de la crisis. 

ABANDONO ESCOLAR PREMATURO

La paradoja hace que la dificultad de encontrar trabajo haya resultado un acicate para que los chavales pongan más empeño en su época formativa, pero no es suficiente motivación para un 22,2% de ellos, que en el 2014 abandonaron los estudios de forma prematura. La cifra reduce en más de diez puntos porcentuales las estadísticas de siete años atrás, pero no puede maquillar las desigualdades socioeconómicas que afloran en el sistema educativo en Catalunya cuando se constata que dobla la media europea (11,3%). Pese a que el buscar trabajo ha dejado de ser la panacea entre los jóvenes, se detecta “un aumento de la desmotivación”, ha alertado Mercè Darnell, de Cáritas de Barcelona,  “sobre todo si comprueban que tener estudios no ha garantizado un empleo estable” a sus padres. 

Equiza ha reclamado "más atención de las administraciones” a esa amenaza, antes de pedir que se destine parte de las becas escolares a los alumnos que amenazan con abandonar las aulas por "la falta de recursos de la familia”. Políticas públicas para moderar desequilibrios como los de los chicos en situación de irregularidad sobrevenida porque, pese a llevar toda su vida aquí, sus padres han perdido el trabajo y con él, el permiso de residencia. La representante de Adsis ha pedido evitar estas situaciones para que los chavales no se conviertan "en una bomba de relojería" y para garantizar "que todo el mundo tenga una oportunidad".