LA PROTECCIÓN DE NIÑOS Y ADOLESCENTES

"Que no crean que esto es un restaurante"

M. J. I. / BARCELONA

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Los usuarios del comedor escolar «tendrían que participar poniendo y sacando la mesa y desarrollar, sin ayuda, acciones de higiene». Es bueno también «que coman, aunque estén en el colegio, en compañía de un adulto, que debe servir de modelo y ayuda, y que alumnos de distintas edades compartan, si es posible, una misma mesa». Lo recomienda la pedagoga Àngels Geis, profesora de la Universitat Ramon Llull-Blanquerna, que ha dedicado su tesis doctoral a analizar cómo el espacio del comedor escolar «puede convertirse también en un espacio educativo».

«No se trata solo de ofrecer menús que garanticen una alimentación sana y equilibrada, que previenen la obesidad infantil y el colesterol... El dónde, el cómo y el con quién comen los niños es también muy importante», reivindica Geis. Eso sí, constata, «sería necesario que los monitores de comedor o las personas que acompañan a los niños durante el almuerzo en el colegio tuvieran una formación previa y supieran cómo enseñarles ciertos hábitos». «Lamentablemente, la normativa catalana no obliga, hoy por hoy, a tener siquiera el título oficial de monitor», constata la pedagoga.

«Los chicos han de comprender, por supuesto, que no están en un restaurante», coincide Mercè Darnell, responsable de programas y servicios de Cáritas en Barcelona. Pese a que se compartir que los alumnos realicen pequeñas labores de apoyo en el comedor colectivo, este modelo -el de tomar el almuerzo en la cantina escolar-, «no debería ser una solución universal». «Los niños, aunque sean pobres, han de comer con su familia. Garantizarles un servicio gratuito como este los 365 días del año puede ser incluso perjudicial, porque puede parecer que les educamos para ir de restaurante toda su vida», advierte Darnell.

Para concluir la discusión y zanjar posibles polémicas, Meritxell Ruiz, directora general de atención a las familias de la Generalitat, aporta un dato: solo el 10% de la alimentación del niño se realiza en el colegio, dice. «Eso significa que el 90% restante, es decir, desayunos, meriendas y cenas, ya se realizan, en teoría, en casa», señala.