El contrabando de tabaco de Andorra resucita a lo grande

Un agente halla tabaco en el registro de un vehículo, el pasado 7 de mayo.

Un agente halla tabaco en el registro de un vehículo, el pasado 7 de mayo.

ANTONIO BAQUERO / La Seu d'Urgell

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Es miércoles. Día de mercado enLa Seu d'Urgell. Así que el flujo de coches que desdeAndorracruzan el punto fronterizo de La Farga de Moles es constante. Lujosos todoterrenos con matrícula andorrana, turismos, berlinas familiares¿ Una docena de guardias civiles colocados a los lados del carril escrutan los vehículos mientras pasan y hacen parar a unos sí y a otros no. La elección no es aleatoria. Un arcano, que se revela a fuerza de horas a pie de frontera, indica de forma intuitiva a los agentes qué coche deben registrar, si ese en que el perfil del conductor no cuadra con el nivel delvehículo, si ese otro que ha tardado demasiado o demasiado poco en volver de Andorra, si aquel piloto que parece nervioso... Todo para dar con el que lleve, oculta en algún recoveco, la mercancía cuyocontrabandose ha disparado a lo grande con la crisis: el tabaco.

Losguardias civilesde La Farga de Moles, losmossosde La Seu d'Urgell, los responsables del Servicio de Vigilancia Aduanera¿ todos coinciden en que elcontrabando de tabacode Andorra, espoleado por el empobrecimiento general, ha resucitado en todas sus formas: los dobles fondos, los 'farderos' (jóvenes que cruzan la montaña con las cajas a la espalda), los todoterrenos y el 'cartoneo'.

Para empezar, la crisis ha transformado el consumo. «Se ha producido un cambio de tendencia. La crisis ha hecho que muchos fumadores busquen tabaco más barato, como pueden ser las marcas blancas, la picadura y el tabaco de contrabando», comenta Carlos Gavilanes, jefe del Servicio deVigilancia Aduaneraen Catalunya. Según cifras oficiales, el consumo de tabaco de contrabando ha pasado en España del 2% al 7% en los últimos tres años. «Hemos visto que el contrabando de Andorra, que había bajado casi a niveles marginales, se ha reactivado», dice Gavilanes, que destaca: «Gente que se dedicaba al contrabando y que lo había dejado, ha vuelto. También nos encontramos con jóvenes que se han metido por primera vez».

Las cifras de incautaciones policiales confirma esta resurrección. Entre el 1 de enero y el 15 de mayo de este año, los guardias civiles realizaron en la frontera 205 actuaciones por contrabando de tabaco. El año pasado, entre las mismas fechas, se habían realizado solo 69 intervenciones. Y eso que el 2012, que se cerró con 290 hallazgos de contrabando, ya superó de lejos las cifras del año anterior (240 en los 12 meses). «Estamos encontrando tabaco de contrabando en muchos más vehículos que el año pasado. Localizamos más dobles fondos que nunca. Si este ritmo sigue así, acabaremos el año como mínimo con un 60% más de intervenciones», asegura el alférez Alberto Blanco, jefe de sección de la Guardia Civil en la aduana de La Farga de Moles.

La estadística anual va en la misma línea. Así, mientras que en el 2006 la Guardia Civil se incautó de 67.000cajetillasde tabaco procedentes de Andorra, en el 2009, cuando la crisis ya se manifestaba con fuerza, la cifra casi se quintuplicó, alcanzando los 311.000 paquetes. En el 2010 y el 2011, las incautaciones se situaron en los 262.172 y las 242.024 cajetillas, para volver a dispararse de nuevo el año pasado, colocándose en 491.842 paquetes de tabaco. Es decir, del 2006 al 2012, la cifra de cajetillas intervenidas se multiplicó por siete.

«CONTRABANDO DE SUBSISTENCIA» / También el perfil de los conductores de esos coches indica la influencia de la crisis económica en ese crecimiento. «Antes era sobre todo gente de la zona. Ahora, en cambio, encontramos conductores que vienen de Barcelona, de Tarragona, de Zaragoza o incluso desde Andalucía», comenta el alférez. Junto al carril, uno de los guardias que decide qué coches parar, detalla cómo en estos últimos tiempos la crisis ha hecho aflorar un nuevo tipo de contrabandista. «Cada vez encontramos más a hombres que van solos, de unos 40 años de edad y que no son de por aquí. Al final, le pillas tabaco en un doble fondo y descubres que es un padre de familia en paro que se ha metido en esto para sacar cuatro cuartos», comenta el guardia.

«Es un contrabando de subsistencia. La crisis ha hecho renacer esa actividad. Mucha gente que estaba en la construcción o que trabajaba en Andorra se ha quedado en paro y ha regresado al contrabando. De hecho, estoy defendiendo a gente a la que defendía 15 años atrás», describe el abogado de La Seu Jaume Ribes, uno de los letrados con más experiencia en la defensa de acusados de contrabando. «Cuando aquí había trabajo en la obra, la gente no se iba a hacer de 'fardero'», remata.

GRUPOS DEL ESTE DE EUROPA / «La diferencia de precios hace del tabaco una mercancía muy golosa», comenta el subinspector César Jou, responsable del área de investigación criminal de los Mossos en la comisaría de La Seu. El paquete de Marlboro cuesta en Andorra 3,2 euros, mientras que en España su precio es de 4,65 euros. «En Francia, cuesta casi siete euros y en Inglaterra, diez. Eso es dinero fácil», explica, y a continuación alerta: «El contrabando ha subido mucho. Lo que más nos preocupa es que está atrayendo una nueva delincuencia. Ya no es solo gente de Andorra o de La Seu d'Urgell. Estamos viendo a individuos y organizaciones de países como Rumanía, Inglaterra, Bulgaria y Francia que intentan entrar en el negocio».

Jou muestra preocupación al señalar la distribución internacional de ese producto: «Ya no estamos hablando solo del tabaco que se queda en España o que acaba en Portugal. Lo que nosotros detectamos en muchas ocasiones es que el tabaco que entra de contrabando de Andorra acaba distribuyéndose en países como Francia o Gran Bretaña, donde su precio es mayor».