ORDEN DE DETENCIÓN INTERNACIONAL

Un condenado por violar y embarazar a su hija huye de la justicia

Manuel Muñoz, en el banquillo de los acusados, en la Audiencia de Girona.

Manuel Muñoz, en el banquillo de los acusados, en la Audiencia de Girona.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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El hombre que el pasado 1 de julio fue condenado en Girona a 13 años de cárcel por haber violado a su hija durante 16 años y por haberla dejado embarazada cuatro veces ha huido de la justicia. Manuel Muñoz Fúnez acudió al juicio por su propio pie y sin custodia policial porque no se hallaba en prisión preventiva, ya que el caso fue denunciado por su hija 14 años después de que sucedieran los hechos.

Tras el juicio, y a pesar de que el fiscal había solicitado una pena de 15 años de prisión, el acusado abandonó la sala de la misma forma, a la espera de que la Audiencia Provincial de Girona dictara sentencia, sin que el tribunal adoptara ninguna medida cautelar como podría ser la retirada del pasaporte.

El fallo judicial llegó a principios de julio, pero desde entonces ni la administración de Justicia ni los Mossos d'Esquadra ni la Guardia Civil han sido capaces de entregar la sentencia a Muñoz, ya que este ha desaparecido de su domicilio habitual de Girona, lo que ha provocado que finalmente el juez haya dictado una orden de detención internacional. La policía catalana sospecha que puede haber huido a Brasil, ya que su actual pareja es originaria de ese país, en el que Muñoz también tuvo vínculos profesionales, según informa la agencia ACN.

La Audiencia de Girona condenó al acusado a 13 años y 6 meses de prisión por un delito continuado de agresión sexual, aplicándole un atenuante de casi prescripción porque la víctima, que se fue a Alemania para huir de los abusos de su padre, tardo 14 años en denunciarlo, rozando el límite de 15 años que establece la ley para establecer la prescripción de estos delitos.

ABUSOS DESDE PEQUEÑA / El tribunal concluyó que Muñoz inició las agresiones sexuales en 1978, cuando su hija solo tenía 6 años, y las prolongó hasta 1994. Durante ese tiempo la dejó embarazada cuatro veces y la obligó a abortar en tres ocasiones. En uno de los embarazos, la víctima se negó a interrumpir la gestación y finalmente tuvo un hijo de su padre, que nació con un 80% de disminución mental.

La sentencia afirma que el padre tiene un carácter «agresivo» y creó un clima familiar de «terror». Esta no es la primera condena contra el agresor, que durante varios años combinó el trabajo de transportista con su plaza de bombero en varios parques de las comarcas de Girona. Entre los años 2000 y 2010 fue condenado por lesiones, conducción bajo los efectos del alcohol y violencia doméstica.