EN LA AUDIENCIA DE BARCELONA

Condenado a un año un mosso por reventar los testículos a un detenido

Los agentes utilizaron una granada detonadora para arrestar a un acusado de extorsionar a morosos

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LaAudiencia de Barcelona ha condenado a un mosso d'esquadra a un año de prisión y 168.000 euros deindemnizaciónpor las lesiones causadas a un joven en lostestículosdurante una operación policial en la que le explotó unagranada detonadora.

El agente Alberto M. C. ha quedado absuelto de un delito de torturas y lesiones imprudentes, igual que su compañero, que fue juzgado también el pasado septiembre.

Los agentes explicaron que en los entrenamientos con granadas solo habían provocado pequeñas quemaduras en la ropa. El acusado, de 25 años, denuncióque le habían reventado los testículos y le habían dejado estéril.

Los hechos sucedieron a principios de noviebre del 2008 cuando los Mossos se disponían a detener a un hombre acusado de extorsionar a morosos de forma violenta e incluyeron una granada detonadora en el material de asalto.

Lanzado en un vehículo

Durante la operación, en la que participaron ocho agentes de este cuerpo de élite de la policía autonómica, se bloqueó con dos furgonetas policiales el paso del vehículo en el que viajaba el presunto extorsionador junto a la víctima. Los ocupantes del vehículo no cumplieron las indicaciones de los agentes para que levantasen las manos y abriesen las puertas del turismo, según la sentencia, por lo que agentes rompieron los cristales del turismo, momento en que el vehículo se desplazó unos tres metros hacia adelante.

El condenado "temiendo que el vehículo embistiese la furgoneta" lanzó una granada en el interior del turismo, aun sabiendo que el tiempo de retardo de la detonación era de dos segundos y que el artefacto iba a caer sobre el cuerpo la víctima, añade el tribunal.

La granada estalló sobre la víctima, de 25 años, que a raíz de la explosión perdió el testículo derecho y un 75% del izquierdo, lo que le ha dejado estéril, por lo que el tribunal ha fijado en 162.476 euros la indemnización a cobrar por las secuelas que arrastra.

Conducta "negligente"

La sentencia reconoce que el uso de este tipo de artefactos en espacios reducidos está expresamente previsto en los protocolos de actuación del Departamento de Interior, pero cree que el mosso condenado infringió "las normas de cuidado más elementales" al lanzar la granada al regazo de la víctima en un espacio de tan pequeñas dimensiones como un vehículo.

Para el tribunal, la conducta del agente condenado "fue negligente", ya que el mosso tenía la posibilidad de haber arrojado la granada al asiento posterior del coche, consciente de que el artefacto "era susceptible cuando menos de causar quemaduras en contacto directo" con las personas.

"Los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado deben velar por que el uso de las armas y en general para que el empleo de medios violentos se haga siempre de manera ajustada a los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad", añade la sala, que concluye que, como norma general, la policía debe usar en primer lugar "medios no violentos".