LA PROTECCIÓN DE NIÑOS Y ADOLESCENTES

Comida con cariño

Cocido de garbanzos 8 Hora de la comida en el instituto Vallvera de Salt (Gironès), la semana pasada.

Cocido de garbanzos 8 Hora de la comida en el instituto Vallvera de Salt (Gironès), la semana pasada.

R. M. / TARRAGONA

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«Se nota que cargan baterías. Hay que tener en cuenta que para muchos de ellos esta es la única comida que hacen al día». Francesc Simó, director del instituto Vallvera de Salt (Gironès), se refiere al grupo de 30 alumnos que este año se han acogido a las ayudas de comedor que promociona Cruz Roja y a los que lo participaron el curso pasado en la experiencia piloto que se inició en cuatro institutos catalanes. «La iniciativa está siendo muy positiva», afirma Simó, sorprendido por cómo han disminuido, por ejemplo, los conflictos en el aula.

El objetivo es dar de comer de forma saludable a alumnos que forman parte de familias en las que apenas hay ingresos económicos y han entrado de lleno en la pobreza. Cruz Roja atiende diariamente a un millar de escolares de primaria de toda Catalunya cuyas familias tienen unos ingresos mensuales por debajo de 640 euros. Los déficits detectados en los que pasan a secundaria está haciendo que cada vez destinen más efectivos.

Los resultados están siendo evidentes. «Al principio eran reticentes, les daba vergüenza, pero cambiaron de actitud y ahora se nota que agradecen el servicio», reflexiona Simó sobre la evolución de los alumnos que acuden al comedor que habilita el instituto. «Ha cambiado su actitud, existe menos conflictividad en las aulas y establecen unos vínculos mucho más fuertes con el instituto», destaca el director del Vallvera, un centro con 90 profesores y un millar de alumnos, entre los que más del 80% son extranjeros.

MENOS NOVILLOS

«El que viene una vez, repite», explica Simó, quien no cree que el cambio de actitud detectado en los alumnos se deba únicamente a la comida: «Necesitan cariño, que estén por ellos». Los alumnos «tienen más energía y no se les ve tan apáticos», describe el director. También han detectado que hacen menos novillos, que asisten más a clase porque quizá los padres «les aprietan más» para que no falten y aseguren que tendrán una comida decente.

Uno de los aspectos que han tenido en cuenta los promotores del proyecto '#menjarsalinsti' en que se encuadra esta iniciativa de Cruz Roja es alejarse de cualquier matiz relacionado con la beneficiencia. Los comedores están abiertos al resto de alumnos y profesores a un precio de 3,5 euros, aunque en el Vallvera lo utilizan poco.

Lo mismo ocurre con las tarjetas prepago para comprar en supermercados (se entrega a familias de alumnos acogidos al programa porque no tienen comedor en el instituto y comen en casa). Son iguales que las de cualquier cliente, aunque estén sometidas a un seguimiento. «Son muy responsables, solo tuvimos dos incidencias entre las 2.000 tarjetas que repartimos el verano», destaca Enric Morist, coordinador de Cruz Roja en Catalunya.

«La situación es muy difícil, pero si no fuera por las ayudas sería mucho peor», explica la mayor de los cuatro hijos de Hanane Zekri, de 41 años. El marido se quedó en el paro hace cinco años y apenas tienen ingresos, por ello se beneficia de una de las tarjetas prepago en Santa Coloma de Gramenet.