El colectivo transexual clama contra los prejuicios de la atención sanitaria

Denuncian que la unidad de referencia del Clínic les trata como si sufrieran una patología

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MARÍA G. SAN NARCISO / BARCELONA

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"¿Doy la talla como 'trans'?" Esta es una de las preguntas que las personas transexuales dicen haberse hecho a sí mismas cuando acuden a la Unidad de Identidad de Género del Hospital Clínic (UIG), la unidad de referencia en el sistema sanitario público catalán para este colectivo.

Un sistema que podría parecer innovador -no todas las comunidades autónomas cuentan con una unidad específica para personas transexuales-, pero al que muchos usuarios tachan de paternalista y "patologizador". Por eso la plataforma Transforma la Salut busca su abolición, para crear un nuevo modelo integral con visión inclusiva de la salud, en el que la transexualidad no sea considerada nunca más como una patología, sino como una expresión más de la diversidad de género.

TESTS DE IDENTIDAD DE GÉNERO

Actualmente en Catalunya existen dos modelos de atención sanitaria para personas transexuales. El UIG es el único hospitalario. El protocolo que hay que seguir para acceder al tratamiento hormonal es siempre el mismo. Primero, las personas son atendidas por psicólogos y psiquiatras que les hacen tests y sesiones donde evalúan su género, tal y como ha indicado la plataforma en rueda de prensa. “Te hacen preguntas como si te gusta arreglar cerraduras”, explica Nac Bremón, activista de la Associació Trans Generem! que, junto a otras como Acathi, Chrysallis Catalunya o Joves Trans de Barcelona, forma esta plataforma.

Pero las pruebas van más allá. Preguntas como a qué jugaban de niños o quiénes son sus parejas sexuales sirven para determinar si son aptos o no para acceder a la transición. “Buscan respuestas que muestren una feminidad y masculinidad cerradas”, denuncia la plataforma. Si los psicólogos y los psiquiatras dan el visto bueno podrán verse con el endocrino. El 'sí' puede ser inmediato o demorarse durante meses. O simplemente no se da por considerar que la persona no tiene tan segura su identidad de género. Aunque les aseguren lo contrario.

MODELO ALTERNATIVO

Por eso algunas personas acceden directamente al otro modelo existente: Trànsit. "Allí no juzgan, no tienen prejuicios. Simplemente te escuchan”, explica Bremón. La propia persona decide qué camino seguir en la transición. Admiten a todas las personas no cisgénero, es decir, aquellas cuya identidad de género no se corresponde con sus genitales. Como Lina, una mujer transexual lesbiana que habría tenido imposible el acceso al tratamiento en la UIG. 

En Trànsit nadie les diagnostica con trastorno de identidad de género o disforia de género para acceder a un tratamiento hormonal, como pide la Ley 11/2014 contra la LGTBIfobia. El problema es que es un modelo ambulatorio, así que para acceder a operaciones quirúrgicas deben ir obligatoriamente al Clínic. Eso o pagarse una privada.

Transforma ya ha presentado una queja en el Parlament de Catalunya para denunciar el modelo. La Generalitat no ha querido pronunciarse sobre el actual modelo de atención sanitario ni sobre posibles cambios.