EL SEGUIMIENTO DE UN ACCIDENTE QUE COSTÓ 32 VIDAS

El circo del 'Costa Concordia'

Treinta meses después del naufragio, el drama se ha convertido en un enorme 'reality show' centrado en la reflotación del crucero Los expertos coinciden en la pésima gestión de la tragedia

Operación de ingeniería 8 Dos imágenes de las complicadas tareas para reflotar el 'Costa Concordia'.

Operación de ingeniería 8 Dos imágenes de las complicadas tareas para reflotar el 'Costa Concordia'.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

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Dos años y medio después del naufragio del Costa Concordia, la tragedia que costó la vida a 32 personas se ha convertido en un enorme espectáculo, muy parecido a un reality show, gracias a un cambio radical de comunicación obrado tras una pésima gestión inicial. Las televisiones italianas emiten continuamente desde la isla del Giglio, subrayando minuciosamente los detalles técnicos de la reflotación del crucero, después de que una cámara web haya retransmitido día y noche las imágenes del relicto. «Nuestro objetivo es reconquistar la confianza», subraya Michael Thamm, consejero delegado de Costa Crociere. «Impresiona que todo se transforme en espectáculo y negocio», comenta Enrico Rossi, presidente de la región de Toscana, donde se encuentra el Giglio.

En 30 meses el naufragio se ha transformado en una maravilla -en cualquier caso necesaria- de ingeniería, biología, física... y de unas relaciones públicas que en aquella noche del 2012 no funcionaron. «En situaciones de crisis y emergencia los flujos de información deben ser centralizados, coherentes y claros, y todo esto faltó en el caso del Costa Concordia», explica Michela Magrini, especialista en ciencias de la comunicación, según quien la naviera «gestionó la fase de emergencia sin la necesaria profesionalidad y preparación». «Fueron inadecuados», añade Beppe Facchetti, presidente de Assorel, una asociación italiana de agencias de relaciones públicas.

Una larga cadena de errores

Los expertos enumeran los hechos que nunca debieron producirse. Cuando el navío naufragó, ningún directivo viajó a la isla. La compañía remitió a un número de emergencia que era de pago, bloqueó el acceso a los vídeos colgados en Youtube y no ofreció la primera rueda de prensa hasta dos días más tarde. En ella mostró el certificado de calidad ISO cuando los muertos aún estaban en el agua. «Nuestras naves son ultraseguras, ha sucedido lo imprevisible», dijo un casi sollozante consejero delegado, Pier Luigi Foschi.

«La tragedia del Giglio deja, además del dolor y la incredulidad, un montón de ruinas sobre las que Costa Crociere deberá reconstruir la marca», explica Nicola di Francisco, especialista en mercadotecnia de Helforbrand. «No hay que manipular las informaciones, sino asumir responsabilidades», añaden en la Federación Italiana de Agencias de Relaciones Públicas (FERPI).

Cuatro días después del naufragio, la Carnival Corporation & PIL, propietaria de la nave,  confió la comunicación  a la británica Burson-Marsteller y el centro de gravedad de la tragedia se trasladó a la espectacular recuperación de la nave.