El chico había dibujado un plano del instituto y tenía más armas

Los estudiantes lucieron un lazo negro en el pecho.

Los estudiantes lucieron un lazo negro en el pecho.

J. G. ALBALAT
BARCELONA

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Los Mossos d'Esquadra y el secretario judicial que registraron el lunes por la tarde el domicilio de M., el chico de 13 años que horas antes había matado de una cuchillada en el tórax a un profesor en el instituto Joan Fuster, encontraron en la habitación del muchacho, en una libreta, un croquis de un plano que podría corresponder al centro educativo y en el que se indicaba, incluso, dónde estaba el conserje, así como un machete de ciertas dimensiones y dos rifles de balines de aire comprimido que estaban guardados en sus fundas, según confirmaron a este diario fuentes conocedoras de la investigación.

Los agentes no solo confiscaron este material, sino también el ordenador portátil que usaba toda la familia (el padre es educador social, la madre enfermera y una hermana mayor estudia en el mismo instituto donde ocurrió el suceso), manuscritos, libros, apuntes escolares, dibujos y tres pequeñas ballestas hechas a mano se supone por el mismo estudiante. Una de ellas, han precisado fuentes de la investigación, estaba hecha con alambre y gomas. Son pequeñas y no son peligrosas. M. es aficionado a lo militar.

MONSTRUOS Y ZOMBIS

A los agentes les llamó la atención que el menor tenía dibujos de monstruos en los que aparecía la frase: «Tenemos que matar a todos». Uno de los libros confiscados se titula: Manual de supervivencia zombi. Y es que M. es muy aficionado a la serie The walking dead,  The walking deadcuyos protagonistas son humanos que luchan contra los zombis y en la que uno de los personajes utiliza una ballesta. Otro de los libros que requisado por los agentes es una obra de Fernando Lalana, escritor de literatura infantil y juvenil.

En la habitación no se encontró ninguna medicación (el niño explicó que le habían diagnosticado hace un año esquizofrenia y que tomaba fármacos). Se hallaron, no obstante, unos pequeños botes con un líquido que por ahora se desconoce qué es. Los padres reconocieron tras el suceso que el niño iba al psicólogo, sin precisar qué patología sufre. «Estaban destrozados», según las personas que les atendieron en el centro educativo, adonde se trasladaron al conocer lo ocurrido .

Las mismas fuentes explicaron que los Mossos d'Esquadra están analizando el contenido del ordenador para averiguar si el niño se había conectado la noche anterior al suceso y horas antes de que entrara en el instituto armado con una ballesta, un cuchillo de montaña, un cóctel molotov y también un pequeño pico de montaña. Según ha podido saber este diario, la ballesta era un regalo que hace 20 años había recibido el padre del menor. Los progenitores creía que estaba guardada en otra vivienda y no en su domicilio de Barcelona

Se trata de una ballesta profesional, aunque de pequeñas dimensiones, que según fuentes judiciales requiere de licencia de armas. Si el menor la cogió a hurtadillas o accedía a ella habitualmente es algo que, por ahora, los investigadores ignoran.