Católicos y laicos alientan a los obispos catalanes a pedir perdón

Vamos a ver. Tras la decepción --por usar un término suave-- de muchos con la macrobeatificación de Tarragona y la "niebla diabólica" que envolvió la homilía del cardenal Amato, sectores católicos y voces laicas recibieron ayer con prudente interés el anuncio en este diario del arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, de que pondrá encima de la mesa de los obispos catalanes el debate sobre el reconocimiento de las víctimas de Franco y el papel de la Iglesia en la guerra civil y la dictadura.

"La actitud del arzobispo es muy constructiva", dice Lluís Serra, secretario general de la Unió de Religiosos de Catalunya. "Es un gesto valiente y que le honra", apunta el historiador Josep Sánchez Cervelló, miembro de la Coordinadora per la Laïcitat i la Dignitat y que en los días previos a las beatificaciones polemizó con Pujol. "Ojalá que la Iglesia catalana acabe pidiendo disculpas. Serían muy bien recibidas", añade. "Si acaba habiendo un reconocimiento formal y solemne por parte de la Conferencia Episcopal Tarraconense, será un gran paso para la Iglesia catalana", coincide Josep Torrens, portavoz de Església Plural.

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