Catalunya hará un seguimiento de los suicidas potenciales

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El 'conseller' de Salut de la Generalitat, Boi Ruiz, ha presentado este martes el nuevo código de prevención del suicidio en Catalunya, un plan pionero a nivel estatal con el que confía en reducir las cerca de 500 muertes anuales que se producen cada año por esta causa, y que constituyen el primer motivo de fallecimeitno entre los jóvenes desde el 2007, debido al importante descenso de los accidentes de tráfico.

Ruiz ha defendido que el nuevo código, que estará totalmente operativo en 2015, llega en un "momento oportuno" para evitar un repunte de las muertes por esta causa, que ha defendido que se mantienen estables en el tiempo, al tratarse de un problema de salud importante y debido a que, por cada suicidio consumado, se producen una veintena de tentativas.

La tasa de suicidios consumados se situó en el 2011 en Catalunya en 6,52 muertes por cada 100.000 habitantes, un 25,8% más el 5,18 de 2007, año que registró un mínimo histórico, aunque la cifra está todavía por debajo de la media europea --superior a los 10 casos por 100.000-- y de las cifras registradas a principios de los años 2000 y del máximo de 1999, cuando la tasa estaba en 7,62.

La relación con la crisis

"No tenemos una epidemia de suicidios", ha afirmado el conseller, quien ha defendido que tampoco existen cifras que permitan relacionar los efectos de la crisis con un repunte de la tasa y que el nuevo plan responde a una extensión a toda Catalunya de pruebas pilotos desarrolladas en Barcelona a través del Hospital Sant Pau y en Sabadell con el Parc Taulí que han demostrado buenos resultados.

En cualquier caso, ha asegurado que la atención al suicidio es una "prioridad" sanitaria para el departamento, por lo que el nuevo código se centrará en hacer un seguimiento de las personas que registren una tentativa de suicidio o que presenten una conducta de riesgo, lo que a su vez permitirá también construir el primer registro de intentos.

El gerente de planificación, compra y evaluación de servicios asistenciales del Servei Català de la Salut (CatSalut), Àlex Guarga, ha detallado que el protocolo contempla el diseño de una "cadena de vida" proactiva en la que las personas a las que se active el código serán visitadas por un especialista en un plazo máximo de 10 días, o de menos de 72 horas en caso de los menores de edad.

Asimismo, un "posterior seguimiento longitudinal" hará que estas personas reciban llamadas periódicas por parte del 061 para comprobar su estado durante al menos doce meses, todo ello para garantizar que el paciente no se desvincula del sistema sanitario, lo que debería reducir las muertes por esta causa, aumentar la supervivencia y también disminuir la repetición de tentativas.

Mapa de recursos

En el 2014 está previsto que se elabore un mapa de los recursos y rutas asistenciales disponibles en Catalunya, ya que la atención de estos pacientes debe ser psiquiátrica, y a lo largo de 2015 se acabarán de formular las rutas para cada una de las regiones sanitarias, con el objetivo adicional de que exista una buena circulación de la información en el sistema, incluida la posibilidad de que la historia clínica compartida cree un sistema de identificación de estos pacientes.

"El cambio sustancial es que la persona detectada tendrá un seguimiento proactivo y se le llamará periódicamente por teléfono", ha resumido Guarga, dado que, tal y como ha subrayado la directora del Plan de Salud Mental de Catalunya, Cristina Molina, las políticas de prevención han demostrado su efectividad.

El director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones (Inad) del Hospital del Mar de Barcelona, Víctor Pérez, ha explicado que en el suicidio confluyen factores genéticos, de edad, de género, de desarrollo biográfico y de incapacidad, y que entre los síntomas más frecuentes está la enfermedad mental, sobre todo depresión, y la existencia de tentativas previas --un intento anterior multiplica por 30 la posibilidad de suicidio--.

Escoger

Por ello, ha defendido la aplicación de políticas preventivas igual que los controles de alcoholemia y velocidad para disminuir los accidentes de tráfico, defendido además la importancia de que las estrategias se mantengan en el tiempo. La presidenta de la asociación Después del Sucidio-Asociación de Supervivientes (Dsas), Cecilia Borràs, que creó esta entidad de ayuda a víctimas de suicidas hace un año, ha defendido la necesidad de abrir un espacio de ayuda al dolor inmenso que sufren los supervivientes de una muerte tan trágica.

"La vida permite escoger, morir no", ha añadido, por lo que ha juzgado esencial el seguimiento de potenciales suicidas para evitar el máximo número de muertes posible, así como un acompañamiento del luto de los que quedan atrás, afectados en muchas ocasiones de un sentimiento de culpa difícil de alejar.