GESTIÓN DE LOS RESIDUOS MUNICIPALES

Catalunya se estanca en el 40% de recogida selectiva de basuras

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Catalunya ha hecho grandes progresos en los últimos 20 años en la recogida selectiva de residuos municipales hasta el punto de que el 38% del total recibe un tratamiento adecuado, muy por encima de la media española, pero el objetivo de llegar al 60% en el 2020, tal como propone la normativa comunitaria, se antoja imposible a no ser que haya un cambio radical de tendencia. Exactamente, según datos presentados ayer por la Agència de Residus de Catalunya (ARC), de los 3,6 millones de toneladas de residuos municipales generados en el 2014, un 38,35% se recogieron de forma selectiva, lo que supone una mejora del 2,8% con respecto al año anterior pero al mismo tiempo es un retroceso frente a los resultados obtenidos en el 2012 (39,1%) y el 2011 (40,6%).

Según Josep Maria Tost, director de la ARC, las grandes diferencias que se observan entre comarcas avalan que el cambio es posible, es decir, que todo es cuestión de voluntad política y ciudadana. Así, Tost recordó que hay numerosos municipios en los que se supera el 70% de recogida selectiva, entre ellos Matadepera, Cabrils, Sant Pere de Vilamajor y Aiguafreda -en muchos casos porque aplican medidas innovadoras como la recogida puerta a puerta-, mientras que en otros no se llega al 20%. «Mientras les salga más barato enviar la basura a vertederos, no cambiarán», dijo el director de la ARC, sin citar municipios concretos.

«En líneas generales, la gente sabe que hay que reciclar y también sabe dónde hay que depositar las basuras -prosiguió Tost-. Si tú tuvieras un amigo que se resiste a hacerlo o lo hace mal, y lo hubieras probado todo, ¿qué harías? Pues, a no ser que las cosas cambien, no habrá más remedio que imponer algún tipo de fiscalidad».

¿CÓMO PENALIZAR A LOS MALOS?

Lo que el director de la ARC llama «fiscalidad» es algún tipo de gravamen o impuesto para aquellos municipios o incluso vecinos que hagan mal los deberes, aunque su traslación práctica puede resultar compleja. En algunas ciudades europeas se sabe exactamente cuántas basuras genera una comunidad de vecinos y también cuál es su nivel de separación porque los contenedores se encuentran en los bajos del edificio guardados con una llave, puso como ejemplo Tost.

Los peores resultados se obtienen en el reciclaje de la fracción orgánica -que es además la categoría con más peso en los residuos domésticos-, puesto que «solo se recoge de forma separada un 30%», al margen de que los contenedores llevan un 14% de impropios. «Estamos estancados. Nuestros próximos esfuerzos se van a centrar aquí», añadió.

Al margen del reciclaje, Tost destacó también que, por primera vez desde el 2007, en los inicios de la crisis económica, el año pasado aumentó ligeramente la generación de basuras en Catalunya. El responsable de la ARC lo atribuyó a una cierta recuperación de la actividad comercial, pero insistió en que el progreso no tendría que estar ligado necesariamente a la cantidad de residuos.

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