'Castells' a ciegas

Xavier Figueras, un joven de 25 años, puede protagonizar hoy un debut histórico en el mundocasteller. Apenas hace un mes y medio que se ha iniciado en loscastellsy ya forma parte del tronco de las construcciones que hace unacollamodesta, la Jove Xiquets de Vilafranca. Pero él, a pesar de sus 1,54 metros de estatura, tiene un cuerpo curtido en deportes como la vela o el esquí. En los ensayos ha demostrado que su mente y su cuerpo están preparados para debutar de forma oficial, subir al segundo piso de untres de sis, mantener el equilibrio y aguantar el peso de los que se sitúan por encima. Nada del otro mundo, en esencia, si no se tiene en cuenta que Figueras es un B1. Es decir, un ciego total.

«Al principio, para subir, me tienen que guiar los pies, pero después ya no hay ningún problema», explica Figueras, que en las últimas semanas ha buscado tiempo en su apretada agenda de actividades y sus estudios de informática para participar en media docena de ensayos. «Me gusta saber dónde estoy y a quién tengo a mi lado, pero también intento escuchar y recordar todas las indicaciones que me dan»,detallaba durante el ensayo del viernes.

«Intento sentirme seguro y procuro no ponerme en situaciones en las que puedo tener problemas»,relataba con la mente puesta en ladiadaque celebra hoy la ONCE en el monasterio de Montserrat, a la que asistirán 1.500 personas ciegas o deficientes visuales. Naturalmente, un locutor irá narrando la actuación por megafonía.«En el momento en que ponga el primer pie, ya está, porque a partir de ahí todo es concentración», aclaraba sobre el cosquilleo que posiblemente sentirá en el estómago.«Todavía tenemos que ir descubriendo sus posibilidades»,agregaba elcap de colla, Manel Cantón.

En el tronco del 'castell'

En la Jove de Vilafranca no tienen constancia de que antes de Figueras haya habido otrocastellerciego que participe en el tronco de unacolla. Agrupaciones como los Castellers de Sabadell, los Margeners de Guissona o los Castellers del Poble Sec tienen o han tenidocastellersciegos o con deficiencia visual, pero su participación se ha limitado, como máximo, a formar parte de lapinya, esa base que aguanta las torres humanas. En la misma Jove de Vilafranca participan otros doscastellersque venden el cupón de la ONCE, y tienen otro par de socios con diferentes discapacidades.

Otro hiperactivo como Figueras en la Jove de Vilafranca es Pepe Rodríguez, de 53 años.«Participo en lo que puedo. Llevo agua, ayudo a poner la faja y doy ánimos», explica el vendedor del cupón de la ONCE más popular en la comarca del Alt Penedès.«Aquí todos somos necesarios»,asegura Pepe, al que una enfermedad degenerativa mantiene postrado en una silla de ruedas y apenas le permite vocalizar palabras, pero su amigo Juan Gimbert permanece a su lado para ejercer de traductor.«He llorado de emoción y también de rabia por alguna caída»,confiesa para intentar explicar los valores y el sentimiento de esta actividad declarada patrimonio cultural de la humanidad.

«Me gusta cerrar pinya, pero también vigilo a los niños y ayudo en otras cosas»,detalla Maria Sementé, de 59 años, que también vende el cupón en Vilafranca. Es una B2, con una deficiencia visual del 85%.«El médico me ha dicho que puedo sufrir un desprendimiento de retina, pero a mí gusta cerrar pinya»,insiste Sementé.