Alerta sanitaria internacional

El caso negativo de Alicante revela la opacidad informativa sobre el ébola

Puerta de acceso al servicio de Urgencias del Hospital Sant Joan de Alicante, donde acudió el hombre sospechoso de padecer ébola.

Puerta de acceso al servicio de Urgencias del Hospital Sant Joan de Alicante, donde acudió el hombre sospechoso de padecer ébola.

LAURA L. DAVID
VALENCIA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Por segunda vez saltó la alarma, en una semana, en el hospital Sant Joan de Alicante por un posible caso de ébola (por tercera, como mínimo, en la Comunidad Valenciana en lo que va de verano) y de nuevo acabó descartándose. Las muestras remitidas al Instituto de Microbiología del Hospital Carlos III de Madrid del paciente de origen nigeriano que ingresó el pasado sábado por la noche en el centro médico valenciano con un cuadro que podría corresponderse con el del virus determinaron ayer que no padecía la enfermedad.

El hombre, que estuvo recientemente en su país, ingresó en el hospital de referencia alicantino tras su paso por los servicios de urgencias de dos centros porque tenía fiebre y otros dos síntomas de la dolencia (como vómitos, diarrea, hemorragias y cefalea) no especificados por el hospital apelando al derecho a la intimidad del paciente.

En las horas previas a conocerse el resultado negativo de las pruebas, y a pesar de la gravedad de la enfermedad, ningún responsable de la Generalitat valenciana interrumpió su descanso para dar más explicaciones al respecto que el escueto comunicado emitido a última hora del sábado. Sanidad declinó dar más información y ayer se remitió a la misma nota en la que se afirmaba que, con la activación del protocolo, «la población está protegida de un posible contagio». Fuentes del Hospital de Sant Joan explicaron, sin embargo, que el paciente continuaba «estable» y «aislado» en una de las plantas del centro, la misma cuyas camas se habían desalojado al inicio del verano para ahorrar costes en el centro médico alicantino.

EVITAR ALARMA SOCIAL / Con la restricción de declaraciones se quiere evitar que haya «alarma social», alegó una portavoz. «No es el primer caso sospechoso y, por desgracia, no va a ser el último», porque cualquier persona que entre a España procedente de la zona afectada por el virus con un simple catarro «puede ser sospechosa», advirtieron esas mismas fuentes, que insinuaron que en otras comunidades autónomas está habiendo más casos sospechosos que no han salido a la luz.

Sin embargo, para algunos la gestión informativa de la Generalitat valenciana en relación a los diversos casos sospechosos en pleno periodo estival está más cerca de la opacidad o de la improvisación -de la que también se acusa al Ministerio de Sanidad- que de la cautela. Esquerra Unida pidió ayer la comparecencia «urgente» del conseller de Sanidad en la Diputación Permanente del Parlamento valenciano, antes de que acabe el mes de agosto, para que dé información sobre las medidas de seguridad que se están aplicando en los centros de referencia de la región: el hospital La Fe de Valencia y el de Sant Joan de Alicante. Junto al caso negativo que ha trascendido este fin de semana, al menos otras dos sospechas de contagio se han descartado en lo que va de verano.

La única información que se ha facilitado esta vez es que el personal sanitario que ha atendido al paciente ha usado mascarillas y guantes especiales, tal y como dicta el protocolo preventivo marcado por el Ministerio de Sanidad. La portavoz del hospital subrayó que, una vez tomadas las precauciones necesarias, el contagio del virus es «muy complicado», porque requiere contacto directo con la sangre y otros fluidos del enfermo, pero no se contagia por vía área ni tampoco -a diferencia de otras enfermedades- se transmite durante el periodo de incubación.

Asimismo, insistió en trasladar un mensaje de «calma» a la gente que antes de conocerse el resultado de la analítica había llamado al hospital preguntando «si podía ir a la playa o salir a la calle tranquilamente». Reiteró que es necesario informar a la población de que puede hacer «su vida normal» y de que no debe cundir el pánico. «La situación está controlada porque los profesionales saben cómo tienen que actuar y cómo protegerse para no contagiar a terceras personas», añadió.