Más del 90% de los apartamentos turísticos de Madrid son ilegales

Carmena no se plantea ninguna restricción porque no sufre la "saturación" de Barcelona

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MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Madrid ha examinado por vez primera cómo le afecta el fenómeno de los apartamentos turísticos y ha descubierto que tiene poco que ver con Barcelona. Para empezar, casi toda su oferta es ilegal. Más del 90% de los pisos que se ofertan en las plataformas de internet no disponen de la correspondiente licencia, según los datos de un estudio que acaba de publicar ayuntamiento encabezado por Manuela Carmena.

El documento recoge que el número de pisos de la capital de España dados de alta como turísticos en el registro de la Comunidad de Madrid es de tan solo 933. Una cifra que recuerda a los poco más de 800 que operaban con licencia en el 2005 en Barcelona.

La diferencia estriba en el número de ilegales. El informe recoge datos de estudios del año 2014 que cifraban en 8.000 los pisos que estaban operando en la Comunidad, pero datos actualizados de la web estadística AirDNA estiman, por ejemplo, que solo el gigante Airbnb dispone de 10.924 alquileres activos en Madrid. A ellos habría que añadir los de Homeaway, Niumba, Booking y otras plataformas.

EXIGENCIAS DISUASORIAS

Dos factores podrían explicar este disparatado índice de ilegalidad. Por un lado, las exigencias disuasorias de la ley de pisos turísticos autonómica. La norma, inspirada por el lobi hotelero, impedía por ejemplo alquileres de menos de cinco noches, hasta que el año pasado un juez estimó el recurso presentado por una asociación de propietarios.

El otro factor es que su presencia no es problemática y apenas ha habido actuaciones inspectoras. El informe municipal constata al respecto que en Madrid no se han producido "situaciones de saturación parecidas a las de Barcelona" y no se plantean, en consecuencia, ningún tipo de suspensión de licencias, ni de hoteles ni de apartamentos.

El ayuntamiento madrileño asume con normalidad que ciertas áreas del centro sufran una invasión turística. “El desequilibrio que pueda existir en algunos barrios (de forma excepcional en Sol y Cortes) en los que la población flotante representa un porcentaje importante (un 50%) sobre la población residente, hay que entenderlo como consecuencia de procesos ordinarios de transformación del determinadas zonas del centro urbano”, zanja el documento.