TENDENCIAS DE CONSUMO

Casi la mitad de la ternera y el cordero de Catalunya ya son de sacrificio 'halal'

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VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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Apenas el 2,3% de la población española profesa alguna religión que no sea la católica, la tendencia dominante, con un 68,4% de creyentes. En ese exiguo porcentaje hay que incluir a musulmanes, hebreos, protestantes, hinduistas, budistas... Una estadística previsible, pero que causa sorpresa al cotejarla con el ganado sacrificado según el rito 'halal', el que permite a los musulmanes consumir esa carne sin vulnerar la ley islámica. En torno a la mitad de las piezas de origen bovino y ovino que se ponen a la venta en Catalunya han cumplido con este requisito religioso, pese a que la inmensa mayoría de consumidores no lo demandan. Y ni siquiera lo llegan a saber, dado que la normativa no obliga al comercio a informar al respecto.

Especialmente significativo es el caso del cordero, que llega al 49,4% de sacrificios según el rito 'halal', según las estimaciones de la Federación Catalana de Industrias de la Carne (Fecic), la referencia del sector. En el caso del ganado bovino, la cifra es del 40,4% entre sus asociados. Datos llamativos que parecen estar muy lejos de estabilizarse. El cordero que cumple con el rito islámico (y, en bastante menor medida con el de origen judío, el 'kosher') distribuido por Mercabarna ha pasado del 40% del 2012 al 61% del año pasado. En el caso de la ternera, la evolución ha sido del 51% al 59% en apenas cuatro años.

Por motivos de bienestar animal, la normativa europea obliga a aturdir al ganado antes del sacrificio en los mataderos, lo que lógicamente supone unos requisitos técnicos y de tiempo, pero permite excepciones por motivos religiosos. En el ritual 'halal', el animal debe estar consciente antes de ser desangrado. Desde un punto de vista de la calidad sanitaria, no hay cambios.

¿A qué se debe la creciente oferta de carne 'halal' en un mercado con una demanda residual? Un empresario del sector apunta al "empeoramiento del aspecto de la carne" si se recurre al aturdimiento del animal antes de matarlo, por las hemorragias que sufre si no se sacrifica a los pocos segundos, un extremo que reduce su sufrimiento pero que es inadmisible para musulmanes y judíos. 

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El secretario general de Fecic, Josep Collado, explica el auge a partir de otros dos aspectos: la subida de carne exportada a mercados como el magrebí y el árabe (casi un 8% del total del bovino, por ejemplo) y por ser una demanda "no lineal" de estos productos. "Hay partes del animal con menos valor gastronómico para los autóctonos, pero de gran significado para los originarios de otra cultura, como vísceras y patas delanteras; aunque solo una parte del animal va a tener ese destinatario, toda su carne se habrá sometido al rito", detalla.

Para Aïda Gascón, presidenta de la presidenta de la asociación animalista Anima Naturalis, hay un factor añadido, el de la picaresca. "Muchas veces se atiende a meros intereses económicos y empresariales, que nada tienen que ver con la religion". Collado replica que eso es una especulación sin fundamento, dado que la carne no se encarece por emplear un método u otro.

CALIDAD

En el caso del cordero, el sacrificio tradicional consiste en colocar al animal en un 'restrainer', un tunel donde se le inmoviliza para que no pueda moverse, y aplicarle una corriente eléctrica en la cabeza que lo deja aturdido. Acto seguido se le degüella para que se desangre, un proceso que dura en torno a un minuto, antes de darlo por definitivamente muerto y despiezarlo.

Al ganado bovino se le inmoviliza en un 'box' cilíndrico, al ser de mayores dimensiones. Allí se le dispara en la cabeza con una pistola de perno cautivo cuyo proyectil no sale del conducto, pero el impacto deja inconsciente al animal. Después se le corta la cabeza para que se desangre. Para ambos animales, en el rito 'halal' el proceso de sacrificio se ejecuta sin aturdimiento previo y con la bestia encarada a La Meca. Algunas teorías, sin contraste científico definitivo, sostienen que la carne de un animal no relajado pierde calidad por la contracció muscular.

CONCILIACIÓN

Todos los sectores admiten que el animal sufre sin aturdimiento previo. Aïda Gascón destaca que el padecimiento es "muy grande" en los métodos 'halal' y 'kosher', especialmente cuando acaban en el recinto cilíndrico, "como queda claro al escuchar sus bramidos". E incide en el estrés al que se ven sometidos, sin dejarlos inconscientes e incluso antes de eso, "teniendo en cuenta que este no es 100% efectivo".

Para Gascón, conviene seguir los pasos de Bélgica y evitar sufrimientos a los animales "sin que se interprete como un ataque a la comunidad islámica". Coincide Carlos López, de la asociación animalista Libera!, que confronta la excepcionalidad de la norma europea para "consideraciones religiosas sustentadas en creencias indemostrables", frente a estudios científicos que avalan que los animales, sobre todo los mamiferos, "al tener un sistema nervioso y limbico similar al de los humanos experimentan un dolor y emociones semejantes".