memoria de la entidad benéfica

Casi 350.000 catalanes no podrán salir de la pobreza

Caritas

Caritas / periodico

TERESA PÉREZ / BARCELONA

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La pobreza se ha enquistado en la vida de 343.513 catalanes y difícilmente podrán salir de ella. La atención a los afectados se está alargando y además tienen más problemas y requieren más servicios, desde la cobertura de las necesidades básicas  (vivienda, alimentos, becas comedor…), ayudas a familias (refuerzos educativos) y programas de inserción laboral. Este balance es el que arroja la memoria del 2015 de Càritas Catalunya, que se ha presentado este martes. Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, ha advertido de que la exclusión social “se ha cronificado” y haciendo suyas unas palabras del papa Francisco ha reconocido que “la economía mata”.

Carme Borbonès, presidenta de Càritas Catalunya, ha insistido que tiene que haber un “modelo de gobernanza diferente” y lo justifica porque “antes, con una pequeña ayuda, la gente salía de la pobreza y ahora la ayuda tiene que ser más larga e intensa”. Omella ha alertado, además, de que hay que preocuparse “porque la situación de las familias ha empeorado. Algunas se quedarán en el camino y no saldrán adelante”. Omella ha hecho un llamamiento para que se implique toda la sociedad y ha pedido a políticos y empresarios que tengan en cuenta a la familia y a la persona “no a las grandes economías”. Y concluyó: “La economía tiene que ser social”.

HOGAR DIGNO

El retrato de las familias que ha atendido Cáritas durante el año pasado tiene más sombras que luces. Los datos son crudos. Una de cada tres personas no tiene un hogar digno, de este colectivo, el 13% vive en una habitación realquilada “en condiciones de vida muy precarias” y el 8% carece de techo y duerme en la calle o en un coche. La situación es desesperada para muchas familias, ya que el 30% de los hogares únicamente tienen ingresos de protección social. El 72% de las personas atendidas por Cáritas no tiene trabajo. La memoria arroja otro dato preocupante: el paro de larga duración se ha multiplicado por cinco en Catalunya desde el inicio de la crisis en el 2008.

Amèlia de Juan, responsable de Desarrollo Institucional de Càritas diocesana de Terrassa, ha asegurado que el 14% de los trabajadores de Catalunya son pobres porque actualmente un empleo no permite salir de la crisis debido a los bajos salarios. Además, el 17% de las personas trabaja en la economía sumergida “lo que significa una precariedad futura en el cobro de pensiones”, ha resumido De Juan. “El sistema económico es injusto por la distribución desigual de la renta”, ha dicho la responsable de Terrassa. Y ha respaldado sus palabras con un dato: el producto interior bruto ha aumentado el 2,6%, mientras que la tasa de pobreza solo se ha reducido el 0,1%.

MENORES DE 30 AÑOS

De la pobreza no se ha librado ningún colectivo: el 31% de  las prestaciones de la entidad se destinaron a los menores de 30 años. El informe constata que el paro juvenil en Catalunya “ha llegado a niveles insoportables” y es cuatro veces superior a que había en el 2008, el año que comenzó la crisis económica.

La mitad de las ayudas (el 45%) que proporcionó Càritas Catalunya durante el año pasado fue para ciudadanos nacidos en España. El segundo lugar en el ránking de prestaciones lo ocuparon los ciudadanos del Magreb que recibieron el 28% del total. Borbonès ha asegurado que estas cifras “permiten constatar que el actual modelo de sociedad está muy alejado de una realidad justa y acogedora para todo el mundo”. 

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