Narcotráfico en la red

El camello digital

Una joven consulta una página web de venta de drogas emergentes.

Una joven consulta una página web de venta de drogas emergentes.

ANTONIO M. YAGÜE / Madrid

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Adquirir alguna de las nuevas drogas denominadas emergentes -como elnexus, elspice, el éxtasis, la ketamina, las setas mágicas o las llamadas legal highs- a través de internet es cada día más fácil para cualquier usuario y también para los más jóvenes. Los expertos y organismos que trabajan en drogodepencias han identificado hasta 600 webs, en aumento desde el 2008, que las ofrecen e incluso las reparten a domicilio. El procedimiento es tan sencillo como si se hace a través de la red una compra normal y corriente, por ejemplo, de unos zapatos. «Pones el nombre de la droga o derivado hasta que encuentras la página adecuada, te registras si te lo piden, das tu número de tarjeta, pagas, y en unos día te llega un aviso para ir a recogerla a Correos o por un servicio especial de mensajería te la traen a casa», resume Magí Farré, catedrático de Farmacología de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

A los adolescentes que no disponen de tarjeta ni de los 30 o 40 euros que, como mínimo, se les suelen exigir en estas webs, las sustancias les llegan a través de camellos tradicionales que las venden a la puerta de discotecas o locales de ocio. Una encuesta del Ministerio de Sanidad y otra del Eurobarómetro de la UE coinciden en que un 5% de los españoles entre 14 y 28 años, unos 76.000, las han probado y más del 90% de ellos las han conseguido en sitios web.

Si bien las nuevas sustancias se pueden obtener en tiendas especializadas (smartshopyheadshop), «la manera habitual de conseguirlas» es a través de tiendason line, según un informe del Plan Nacional sobre Drogas (PNSD). Farré, que también trabaja en el Instituto de Investigación del Hospital del Mar y ha sido uno de los autores del informe, recuerda que el Sistema Europeo de Alerta Temprana identificó el año pasado 38 tiendason lineen Holanda, 20 en el Reino Unido y otras tantas en Alemania. España figura entre los países con al menos cinco sitios.

La investigación del PNSD analiza las nueve principales sustancias psicoactivas, como la mefedrona, y sus innumerables derivados creados a partir de sustancias adulteradas que generan otras. Hasta que las autoridades toman medidas, están en un limbo legal. No figuran en las listas de drogas ilegales y las autoridades no las pueden perseguir, ya que, a veces, se trata de productos disfrazados como sales de baño, abono para plantas o incienso, a los que se da un uso distinto de aquel para el que fueron fabricados. Suelen llegar al consumidor en forma de polvo pero «se ve claramente que es otra cosa», señala Manuel Sanchís, miembro de la comisión de expertos.

CIERRE Y REAPARICIÓN/ Según la delegada del PNSD, Nuria Espí, algunas de estas webs, mayoritariamente en inglés pero con versiones en castellano y en francés, se cierran por la actuación policial, pero «rápidamente se abren otras». Más de la mitad están administradas desde EEUU, pero gran parte de estas sustancias, y sobre todo sus precursores químicos, más difícilmente controlables al ser legales, proceden de grandes factorías de China o la India. Fuentes del plan explican que en algunas ocasiones la Guardia Civil ha interceptado paquetes sospechosos, «pero una vez las sustancias han llegado en un contenedor desde Asia a Holanda, por ejemplo, la distribución por toda la UE es sencilla al no haber control de aduanas».