El futuro de las grandes poblaciones

La calle más lista del país

Sant Cugat del Vallès prevé estrenar pronto una vía con hasta siete soluciones tecnológicas

M. J. I.
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Farolas equipadas con sensores de movimiento que se apagan cuando no hay nadie cerca. Contenedores de residuos y papeleras callejeras que avisan si la basura está a punto de colmarlas. Aspersores de riego que detectan si se aproxima una tormenta. Sistemas de aparcamiento rápido que evitan que los conductores tengan que dar vueltas y vueltas a la manzana en busca de una plaza libre. Dispositivos que advierten al mismo conductor de que hay un atasco en las inmediaciones. Sant Cugat del Vallès (Vallès Occidental) ha reunido en unas pocas calles hasta siete soluciones inteligentes, que«se pondrán en marcha muy pronto, una vez hayan superado la prueba piloto»,aseguran fuentes del consistorio.

Antes de poder estrenar la que será, según una portavoz del ayuntamiento,«posiblemente la primera calle inteligente de Catalunya»,la ciudad ha hecho un ingente esfuerzo para completar un sistema de comunicación inalámbrica (wi-fi) que garantizará que los datos que transmiten los respectivos sensores llegan debidamente, tanto a la Administración como a los ciudadanos consmartphones.

El de Sant Cugat no es un caso excepcional. En absoluto. En Catalunya, también Sabadell y Terrassa (ambas en el Vallès Occidental), L'Hospitalet (Baix Llobregat), Figueres (Alt Empordà) y Barcelona, pionera con sus experiencias en el distrito 22@, se han sumado al fenómeno de lassmart cities.

De hecho, el ayuntamiento de la capital catalana tiene instalados en el barrio del Poblenou diversos dispositivos inteligentes, que aún se encuentran en fase de pruebas, pero que, en cuanto se confirme su eficiencia, serán implantados en otras calles de la ciudad.

Mientras, a partir del 1 de enero del 2012, Barcelona se prepara para liderar un proyecto, auspiciado por la Unión Europea y en el que participan Londres, Génova y Bolonia,«que busca, entre otras cosas, abrir las infraestructuras de telecomunicaciones municipales a toda la ciudadanía»,explican fuentes del área de Hàbitat Urbà del ayuntamiento barcelonés. El programa es a tres años vista y cuenta con un presupuesto de seis millones de euros. Pero, como siempre, lo mejor es ilustrarlo con un ejemplo: «Pongamos que la ONCE está interesada en equipar los semáforos de la ciudad con dispositivos para que las personas ciegas puedan circular sin riesgos. El ayuntamiento ofrecería a la organización la infraestructura y su base de datos», explican.