El conclave para elegir al nuevo Papa se convocará a mediados de marzo

Las votaciones seguirán un nuevo sistema establecido por Benedicto XVI

Cónclave de cardenales para elegir al sucesor de Juan Pablo II, el 18 de abril del 2005.

Cónclave de cardenales para elegir al sucesor de Juan Pablo II, el 18 de abril del 2005. / LS**LON**

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Sede Vacante, es decir el tiempo que transcurre desde que un papa fallece, o renuncia, como ha anunciado hoy Benedicto XVI, hasta que se elige al sucesor, comenzará el próximo 28 de febrero a las 20.00 horas de Roma (19.00 GMT), según anunció el propio pontífice en su carta de renuncia.

A partir de ese momento, se inician los trámites para la convocatoria del nuevo cónclave en el que 120 cardenales llegados de todo el mundo se encierran en el Vaticano para elegir al nuevo pontífice, que se resuelven en unos 15 o 20 días.

Los prelados se alojan en el edificio denominado Domus Sanctae Marthae o residencia Santa Marta, mandado construir por Juan Pablo II en el interior de la Ciudad del Vaticano. Aunque los cardenales son trasladados de Santa Marta al Palacio Apostólico en autobús, su aislamiento es total y para ellos rigen las estrictas normas del secreto. Tienen prohibido mantener conversaciones telefónicas o correspondencia con el exterior, y los teléfonos celulares y la televisión están vetados en estos días.

En 2007 Benedicto XVI modificó las reglas para la elección de su sucesor, en concreto el sistema de mayorías que establece el texto de 1996 para la elección de Papa, pero dejó vigente todo lo demás. Así, para elegir al sucesor de Benedicto XVI será necesario obtener la mayoría de los dos tercios de los votos de los cardenales electores en todos los escrutinios.

Nuevo sistema de elección

Hasta entonces era necesaria esa mayoría, pero si tras el tercer día de votaciones y llegados al 33 o 34 escrutinio no se producían resultados positivos, se decidía seguir por mayoría absoluta. Asimismo, la nueva normativa del papa Ratzinger establece que cuando llegue el turno de voto de los dos cardenales más votados, éstos no podrán participar en la votación.

En lo referente al nombre de los candidatos, debe figurar en la papeleta escrito con una caligrafía distinta a la particular de cada cardenal, y está prohibido a los electores desvelar a cualquier otra persona noticias sobre las votaciones, antes, durante y después de la designación del nuevo Papa. Después de cada elección se queman las papeletas.

Fórmula tradicional

La tradición indica que los cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro si no se ha elegido papa, o blanco si la votación ha dado como resultado la elección del nuevo pontífice: es la conocida "fumata negra o fumata blanca".

Una vez que el elegido "acepta su elección canónica" como Sumo Pontífice, el primero de los diáconos -cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica vaticana la elección del nuevo Papa con la tradicional fórmula: "Nuntio vobis gaudium mágnum: Habemus Papam!" y este último imparte la bendición "Urbi et Orbi".