La caída de contratos de servicios con la Administración asfixia a la universidad

Las universidades españolas destinaron en el 2014 a investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) 438 millones de euros menos que en el 2013, hasta situarse en 3.187 millones, según la encuesta presentada este martes por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE). En el 2011, el importe destinado a este concepto por los campus españoles fue de 3.224 millones de euros.

Una de las caídas que más preocupa a la CRUE es la experimentada en el área de transferencia de conocimiento, es decir, en las aportaciones que hacen los investigadores universitarios a empresas y administraciones, que han pasado de los 625 millones de euros del 2010 a 432 millones en el 2014. La participación del sector público en este ámbito ha descendido en casi 20 puntos porcentuales, indica el estudio de la CRUE. 

Aunque la denominada investigación contratada o colaborativa (consultorías, servicios de apoyo técnico a empresas, auditorías o asesoramiento) sigue siendo el principal mecanismo de transferencia en España, por encima de las patentes, los contratos con Administraciones públicas y empresas privadas disminuyeron entre el 2013 y el 2014 en seis puntos porcentuales.

El sector público solía acudir a la universidad en busca de expertos para multitud de asuntos, desde analizar el impacto económico que tendrá en el territorio una nueva zona comercial, los perjuicios ambientales de una infraestructura, la importancia de una determinada zona forestal o la salud pública de un barrio, pone como ejemplos Lluís Tort, vicerrector de Proyectos Estratégicos de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). “Es difícil precisar -explica Tort-, pero es evidente que a partir del 2009 hubo un retroceso importante de los contratos vinculados a ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos, que no pasaban por su mejor momento económico. Ahora se ha frenado la caída, pero la recuperación está siendo lenta”. Según el vicerrector de la UAB, la disminución de actividad fue particularmente grave en el ámbito de las ciencias sociales. “Quizá no se trate de grandes cantidades, pero sí eran vitales para que investigaran algunos grupos”, lamenta.

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"Es sin duda un dato negativo, consecuencia de la crisis y de cómo nos estamos recuperando de ella", reconoce Mireia Riera, miembro del comité permanente de la RedOTRI, la comisión de la CRUE que se encarga de la transferencia tecnológica.

En algunas universidades, como la Politècnica de Catalunya (UPC), el desplome se ha contenido en parte gracias a las actividades realizada por organismos como el centro de innovación y tecnología, que organiza encuentros periódicos con las empresas para presentarles su producción científica y "explora de forma permanente nuevos nichos", explica Esther Real, vicerrectora de Transferencia de Conocimiento. "En nuestro caso, ha caído el importe económico de los convenios, pero se ha conseguido mantener los ingresos porque se ha hecho un esfuerzo para aumentar también el número de convenios", precisa Real.

TRABAS BUROCRÁTICAS

"Necesitamos un marco regulatorio más favorable que permita, entre otras cosas, una óptima explotación de nuestras patentes, además de aumentar los contratos de transferencia y prestación de servicios”, clamó el presidente de la CRUE, Segundo Píriz, en la última asamblea general de la institución. En la actualidad, existen "enormes trabas burocráticas" que dificultan que la investigación universitaria llegue a las empresas y la Administración pública, en palabras del responsable de I+D+i en la conferencia de rectores, José Carlos Gómez. El también rector de la Universidad de Córdoba rompe una lanza por los parques tecnológicos, unas infraestructuras muy en boga antes de la crisis, pero que ahora languidecen por la falta de inversiones.

"El problema es que tampoco las pequeñas y medianas empresas están teniendo en España demasiado apoyo de la Administración pública", lamenta la vicerrectora de la UPC. "Una de nuestras prioridades en esta materia es, ahora mismo, tratar de ayudar a esas pymes a salir de la crisis aumentando su competitividad con la incorporación de tecnología desarrollada en la universidad", subraya.