Cada día hay un suceso con arma de fuego en Catalunya

El sargento Xavier Garrido en la armería de la Unidad Central de Balística.

El sargento Xavier Garrido en la armería de la Unidad Central de Balística.

MAYKA NAVARRO / BARCELONA

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Tres horas antes de terminar el año pasado, Gabriel R. I., de 58 años y nacionalidad española, disparó en el estómago un tiro a bocajarro contra un hombre de la misma edad que se resistió a ser atracado junto a la boca del metro de Santa Eulàlia, concretamente frente al número 21 de la ronda de la Via, en L'Hospitalet. El hombre fue detenido -sigue encarcelado- y el arma, una semiautomática de 22 milímetros, es una de las 400 que el año pasado se analizaron en la Unidad Central de Balística de los Mossos d'Esquadra. El recuento no incluye las armas simuladas de las que echan mano algunos delincuentes y cuyas réplicas son tan perfectas que, empuñadas por un atracador, tienen el mismo efecto intimidador. Las piezas, en su mayoría pistolas, representan un 30% más que las armas que esos mismos agentes analizaron en el 2013. En la estadística tampoco están las detonadoras.

¿Hay más pólvora en las calles? La sensación es que sí, tanto en Catalunya como en el resto de España, y la estadística oficial así lo recoge. Sin embargo, el responsable de esa unidad, el sargento Xavier Garrido, prefiere hablar de unas cifras «estabilizadas» en los últimos tres años y que oscilan entre 350 y 450 armas de fuego. En cualquier caso, una cosa son las armas que estudia la unidad de balística y otra los incidentes con armas de fuego (incluso simuladas), en los que no siempre se detiene a los autores y se incautan las armas que empuñan. Los últimos datos de que disponen los Mossos, mientras se termina el recuento del 2014, son los delitos con arma de fuego del 2013. Fueron 450. Una sencilla división por los días del año arroja una cifra como mínimo llamativa: cada día en Catalunya hay un suceso con arma de fuego. Con una población de 7,5 millones, y 27 millones de visitantes solo en la ciudad de Barcelona, la estadística permite hablar de que Catalunya sigue siendo en líneas generales un lugar seguro para vivir y para visitar.

LA CAJA EN VOLANDAS

Pero pasan cosas. El 28 de diciembre, en Sabadell, minutos después de las nueve de la noche, seis personas entraron en un bar de la calle de Sau y, tras amenazar con un arma de fuego y varios palos a los dependientes, arrancaron la caja registradora y se la llevaron en brazos entre varios. Antes hicieron un disparo en el interior, aunque nadie resultó herido.

A mediados de diciembre, la Conselleria d'Interior empezó a entregar los primeros chalecos ligeros interiores para los Mossos d'Esquadra, de uso obligatorio al inicio del servicio para todos los agentes que pisen la calle. En teoría, a finales del 2017 todos los policías de Catalunya, 17.000, deberán disponer de su chaleco antibala, anticorte y antipinchazos. Aunque el departamento que dirige Ramon Espadaler desvincula la compra de los chalecos de una mayor conflictividad en las calles -y, por tanto, de un mayor riesgo para los policías-, esta vieja reivindicación de los principales sindicatos de los Mossos d'Esquadra (SME, SPC y CAT) ha conseguido finalmente partida presupuestaria tras varios incidentes graves con armas de fuego (aunque, a diferencia del resto de España, en Catalunya no han ocasionado muertos).

TIROS EN LA MINA

El 22 de octubre, una patrulla de los Mossos fue tiroteada desde un piso del barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. El proyectil penetró por el cristal de la ventanilla del conductor y agrietó la luna, sin llegar a romperla. El agente resultó herido leve. Meses antes, el 30 de junio, un mosso ya jubilado intentó evitar un atraco en el supermercado de La Verneda en el que compraba habitualmente y recibió un tiro en el estómago. Tuvo suerte.

En cambio, no la tuvo la policía nacional Vanessa Lage, de 36 años. Murió en Vigo en noviembre tras ser tiroteada por Enrique Lago Fariñas, un veterano atracador que tras abandonar la cárcel asaltó un banco del que pretendió escapar encañonando a una rehén. Lage no tuvo tiempo a desenfundar. No llevaba chaleco.

El último incidente con armas en Catalunya ocurrió el lunes pasado durante un atraco a un banco en el barrio barcelonés de la Trinitat Nova en el que los dos asaltantes realizaron un primer disparo en el interior, y en su huida con el botín se enfrentaron a tiros con mossos de uniforme y de paisano. En el vídeo de la detención grabado por una adolescente desde su balcón se escucha perfectamente el sonido de los disparos. Nadie resultó herido.