DIRECTORA, ACTRIZ Y GUIONISTA

«Cada día me digo que no voy a llorar»

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Puro nervio de mujer, Marisa Tejada es la directora de la compañía teatral Fábrica de Sueños. Durante 20 años ha pagado la Seguridad Social de sus trabajadores. Y ahora su mundo se está derrumbando por haber sufrido un problema médico y ser víctima de un «sistema perverso».

El año pasado, Marisa tuvo que ser operada de un pie. Paró de trabajar durante tres meses. «Pedí la baja médica, pero para los autónomos es algo terrible. Te dan 590 euros al mes, pero tienes que seguir pagando los 300 de tu cotización. Es decir, que tienes que vivir con 200 euros. Y con ese dinero tuve que pagar la hipoteca, la luz, el gestor… ¿Cómo el sistema castiga tanto a las personas que generamos trabajo? No lo entiendo», se pregunta la directora, que también es actriz y guionista.

Años atrás, Marisa había tenido que hacer un parón laboral. Pero la crisis no estaba golpeando con tanta fuerza y pudo tirar de ahorros. Sin embargo, esta vez hizo cuentas y vio que no se podía permitir el lujo de quedarse quieta en casa, así que volvió al tajo. Y con tanto empeño que se destrozó el pie.

Tres días después de la cabalgata de Reyes de Madrid, donde realizó un espectáculo, el dolor era tan insoportable que ingresó en urgencias. Al solicitar la baja médica, se la denegaron con la excusa de que el banco había devuelto un recibo sin pagar. «Si el ayuntamiento que me debía dinero me lo hubiera pagado, no habría sucedido eso», se queja. «No sé por qué el Gobierno anima a los jóvenes a ser emprendedores. El sistema es terrible para los autónomos», critica. «Soy el motor de mi compañía. Sin mí, ellos no trabajan. La conclusión es que estoy perdiendo a mi gente», se lamenta.

«¿Qué espero de la vida? No sé, un milagro. Cada día me levanto y me digo que no voy a llorar. Y así lo pongo en mi perfil de Facebook. Venga, que salimos adelante», admite con entusiasmo. Porque está llena de entusiasmo. Tanto que ya está hablando con la SGAE para impartir unos talleres a niños que viven en barrios desfavorecidos de Madrid.

Todavía no puede andar con normalidad, pero la directora ya está entusiasmada con la idea de volver a trabajar. En breve tiene una entrevista y cruza los dedos para tener suerte. Tiene los ojos brillantes y una sonrisa que solo tuerce cuando vuelve a hablar de la «perversidad» de un sistema que fustiga a los autónomos: «Aprovecho esta entrevista en EL PERIÓDICO para denunciar que somos víctimas de un sistema injusto».