ESTUDIO SOBRE LA INTEGRACIÓN DE LA SEGUNDA GENERACIÓN DE FORÁNEOS

La brecha social entre los hijos de inmigrantes y españoles se diluye

Unos menores hijos de inmigrantes, en una zona de juego de un parque de Barcelona.

Unos menores hijos de inmigrantes, en una zona de juego de un parque de Barcelona.

EL PERIÓDICO
MADRID

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La integración de los hijos de los inmigrantes no topa por regla general en España con  los problemas de adaptación y discriminación que han sido descritos con mayor amplitud en países como Francia, el Reino Unido y Holanda. Aunque pueda sorprender, la situación es más bien la contraria: apenas hay diferencias con la situación de los hijos de la población autóctona. Al menos eso es lo que certifica un estudio, el mayor realizado hasta la fecha en España, sobre la integración de la segunda generación de inmigrantes, según el cual la brecha entre los hijos de foráneos y de españoles apenas es perceptible en aspectos como el abandono escolar, la adaptación social problemática y la percepción de discriminación.

El estudio, impulsado por la Obra Social La Caixa, ha analizado la situación de jóvenes hijos de inmigrantes durante cuatro años. Primero, en el 2008, se recogieron datos de  7.000 chicos y chicas de entre 12 y 17 años residentes en Madrid y Barcelona y, en el 2012, cerca de 4.000 volvieron a ser entrevistados para analizar los cambios experimentados. El trabajo de campo incluyó entrevistas con 1.800 progenitores -procedentes de países como Ecuador, Colombia y Marruecos, pero también de Asia y Europa del Este y Occidental-, y los datos de los muchachos se compararon con los de 1.500 adolescentes de origen español.

IGUAL DE ADAPTADOS / Una de las principales conclusiones del estudio

-destacó ayer su autora, Rosa Aparicio, investigadora del Instituto Universitario José Ortega y Gasset- es que el 78,4% de los hijos de inmigrantes no presentaban ninguno de los indicadores que se utilizan para diagnosticar una adaptación social problemática, como son el abandono prematuro de los estudios o el hogar familiar, haber sido arrestado o encarcelado o haber tenido hijos en la adolescencia. El porcentaje es incluso más alto del que se da entre los jóvenes españoles (76,5%), aunque en el caso opuesto, el de los jóvenes que evidencian dos o más síntomas de inadaptación, la tendencia se invierte: 4,3% en el caso de los hijos de inmigrados, y 3,8% en el caso de los descendientes de españoles.

En lo que respecta al abandono escolar antes de los 18 años, las diferencias tampoco son significativas, pues en ambos grupos el porcentaje se sitúa en torno al 15%. Aunque el estudio sí detecta que la nota media de los hijos de los inmigrantes es algo inferior: 6,15 frente a 6,54. Estos resultados confirman la desventaja académica que reflejan los estudios PISA.

A la hora de analizar la inserción en el mundo laboral, el estudio refleja que el 12% de los hijos de inmigrantes trabajan, frente al 9,1% de los hijos de nativos. Despuntan los jóvenes de origen chino, que lo hacen 1,58 veces más que la media. Cabe resaltar, no obstante, que más de la mitad de los jóvenes descendientes de inmigrantes que trabajan (52,2%) lo hacen sin contrato y que tres de cada cuatro (73,6%) perciben menos de 600 euros mensuales.

Uno de los elementos que más sorprenden del estudio es que solo el 5% de los hijos de inmigrantes declaran haber vivido alguna experiencia de discriminación. Ello indica «un proceso de adaptación generalmente positivo y una convergencia psicológica y cultural entre los hijos de inmigrantes y los hijos de nativos», resalta el estudio.