La grabación

Bofetón investigado

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El pasado 1 de mayo, C. A. se dirigía hacia la manifestación anticapitalista convocada en la plaza de la Universitat. Sin embargo, el enorme dispositivo desplegado por los Mossos d'Esquadra para controlar los accesos a dicho espacio le hizo pensárselo mejor y acabó por subir a casa de una amiga, residente en la plaza de Goya. Desde allí, se puso a mirar por el balcón. Fue entonces cuando fue testigo de una actuación policial abusiva que pudo grabar ya que llevaba encima una minicámara de vídeo.

En la grabación hecha por C. A. se ve cómo varios agentes de la Brigada Mòbil, los antidisturbios de los Mossos, llevan casi en volandas a un joven con gafas y chaqueta azul hasta arrinconarlo violentamente contra la parte de atrás de una furgoneta policial. Allí, tras un intercambio de palabras, uno de los agentes suelta un violento bofetón al joven, al que en ningún momento se le ve en una actitud violenta. De hecho, no se revuelve pese a la agresión, e instantes después muestra voluntariamente su identificación. Además, incluso si se hubiera puesto violento, lo que habría tenido que hacer el agente es reducirle, pero en ningún caso abofetearle.

«El chico iba con otros dos jóvenes y con una chica. Vimos cómo les paraban en el control y cómo a él lo apartaban y se lo llevaban violentamente», cuenta C. A. Y añade que mientras«el chico estaba retenido, la joven que iba con él se acercó a los agentes y fue repelida violentamente mediante dos empujones». Lo que vio desde aquel balcón de la plaza de Goya le disuadió de unirse a la manifestación.«Aquel abuso no me gustó nada y decidí quedarme donde estaba», cuenta.

Fuentes de los Mossos, tras visionar estas imágenes, señalaron que se va a abrir una investigación interna«para determinar exactamente lo ocurrido, ver si ha habido un exceso policial y, si es así, tomar las medidas disciplinarias que correspondan». Sin embargo, indicaron que no consta que el joven haya denunciado lo ocurrido.

Esta grabación es el último episodio de una especie de guerra de cámaras entre las fuerzas policiales y los manifestantes, una pugna propia de la era 2.0 que se desató a raíz del fallido desalojo de los indignados acampados de la plaza de Catalunya el pasado 27 de mayo. Entonces se difundieron por internet cientos de fotografías y vídeos en los que quedaba patente la desmedida actuación policial.

Trabajo fiscalizado

A la profusión de fotos y vídeos hechos por los manifestantes, los Mossos contestaron incluyendo entre los antidisturbios a policías encargados solo de grabar los altercados, para así poder encausar a los violentos. Esa dinámica va a continuar, sobre todo tras los graves incidentes del pasado 29 de marzo. Elconsellerde Interior, Felip Puig, y el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, anunciaron que pretenden llenar el centro de la ciudad de cámaras para poder grabar todos los disturbios. El proyecto todavía debe recibir el visto bueno de la Comissió de Control dels Dispositius de Videovigilància. En cualquier caso, el hecho de que cada vez más ciudadanos lleven en el bolsillo un dispositivo con cámara supone una mayor fiscalización del trabajo policial, pues los excesos que puedan cometer tienen muchos números para ser registrados.

Al final, el vigilante acaba siendo vigilado.