Los rigores del verano

Boca seca, lengua pastosa

Tres niños en la fuente de Canaletes, en la Rambla de Barcelona, ayer.

Tres niños en la fuente de Canaletes, en la Rambla de Barcelona, ayer.

MAURICIO BERNAL
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay cerca de 9.000 catalanes que entre junio y julio fueron contactados por teléfono y avisados de que debían tomar las precauciones habituales contra el calor: refrescar la casa por la noche, bajar de día las persianas, ponerse paños de agua fresca, ducharse, hidratarse, no salir de casa a mediodía, pedirle a un familiar que los llamara con frecuencia. La mayor parte eran personas mayores y enfermas, desde el punto de vista sanitario las más vulnerables a los vaivenes del calor. «Hemos hecho una labor preventiva», dice Núria Torres, directora de Sanitat Respon. «Ahora, en esta fase, estamos a la espera de lo que pueda pasar». «Esta fase» es la ola de calor que alcanzará hoy su clímax, con temperaturas, según la previsión del Servei Meteorològic de Catalunya, de hasta 34 grados en la costa y 41 en el interior. «Ambiente muy cálido», se advierte.

Sanitat Respon es una de las piezas básicas del plan de actuación para prevenir los efectos de la ola de calor sobre la salud (POCS) que la Generalitat pone en marcha cada verano, que desde este miércoles por la mañana está en fase 2 (ola de calor) y que en parte está concebido para el bienestar del colectivo más vulnerable: los ancianos enfermos. Producto de la debacle del 2003, cuando la canícula mató, según el Ministerio de Sanidad, a 141 personas (6.500 según el Centro Nacional de Epidemiología), el POCS existe en gran medida por los mayores, y en todo su material divulgativo recoge los mismos consejos que enfermeras y teleoperadores han difundido los primeros meses de verano. «Es una lista de consejos cerrados», dice Laura Alastrue, una de las enfermeras de guardia. Son harto conocidos. En resumen, no exponerse, cubrirse si se está al sol e hidratarse. En resumen.

El servicio funciona en un polígono industrial de L'Hospitalet, en una sala compartida con los operadores del 112. Era jueves; ayer. Afuera hacía más de 30 grados. ¿Llamaban los ancianos, hervían los teléfonos?

No.

DESMAYO EN LA SAGRADA FAMÍLIA / «La gente está muy informada -dice Torres-. Desde el 2003, precisamente, se insiste tanto en estos consejos, que las llamadas informativas de: 'Oiga, ¿qué tengo que hacer?', prácticamente no existen". Sí existen, en cambio, llamadas en las que alguien dice que le ha subido la temperatura (la del cuerpo), o que suda demasiado, o que tiene la boca seca, o la lengua pastosa, o se siente decaído, o tiene mareos, o la piel muy seca, o retiene líquidos y tiene las piernas hinchadas, que son síntomas y complicaciones que pueden derivarse del calor; pero son raras. «En junio ya hubo una primera ola de calor y ya se puso en marcha la fase 2 del POCS, y llamó muy poca gente». Ayer, un día después de declarada la segunda fase 2 de este verano, se habían recibido dos llamadas relacionadas con la canícula: un joven desmayado en la Sagrada Família y un niño de 9 años al que sus padres llevaron a un CAP.

MADRES CON PROBLEMAS / No exponerse; cubrirse; hidratarse: la trilogía de base. Es bien sabida, pero nadie está dispuesto a bajar la guardia: la Cruz Roja, por ejemplo, informó ayer de que ha llamado en las últimas horas a 700 ancianos para decirles de nuevo lo que tienen que hacer ante esta subida de los termómetros, y explicó que durante el verano ha hecho seguimiento de 355 casos de personas «especialmente vulnerables». El Servicio Local de Teleasistencia de la Diputación de Barcelona ha hecho lo propio y efectuado casi 750 llamadas, mientras que en Lleida los servicios sanitarios siguen de cerca a 2.000 personas mayores de 75 años que considera que están en riesgo. El subdirector de Protecció Civil de la Generalitat, Sergio Delgado, pidió ayer a los municipios para que refuercen las medidas de atención a colectivos vulnerables: ancianos y personas con afectaciones respiratorias y con dependencia.

La lista rigurosa de población en riesgo incluye entre otros a discapacitados, personas que padecen enfermedades crónicas, personas con problemas mentales, personas que realizan actividades físicas al aire libre y personas medicadas con antidepresivos y otros fármacos especiales; y bebés. ¿Llaman las madres a preguntar cómo proteger a sus hijos? «Llaman cuando tienen problemas, pero están tan bien informadas sobre lo que hay que hacer como el resto de la población», dice Torres.

No exponer al niño. Cubrirlo. Hidratarlo.

Vea el vídeo de esta

noticia con el móvil o

en e-periodico.es