Barcelona usa para un vídeo promocional a una pareja multada reiteradamente por bailar tangos en la calle

La Guardia Urbana les ha requisado el amplificador que utilizan en ocho ocasiones

MUSICOS CALLEJEROS

MUSICOS CALLEJEROS / periodico

NANDO CRUZ / BARCELONA

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Pablo Bravo y Begoña Martínez se conocieron hace cinco años en unas clases de tango. Él llegó a Barcelona desde Chile. Ella, desde Galicia. Hace tres años comenzaron a bailar por terrazas del barrio gótico y del Born. Pero "no como una forma fácil de trabajo cultural", aclara Bravo, sino entendiendo que "la cultura y el arte deben ser de libre acceso a la sociedad".

Califican su relación con la Guardia Urbana de "hostigamiento permanente". Como ellos no tocan instrumentos, les requisan el amplificador que reproduce los tangos. En tres años ya les han decomisado ocho. Una vez, denuncian, el agente les quitó hasta el dinero que habían recaudado ese día. Les han multado tantas veces que ya han perdido la cuenta.

VÍDEO PROMOCIONAL

Este año han salido menos a bailar a la calle, pero un día, trabajando en la plaza del Pí, vieron cómo les filmaban con un equipo profesional. La pareja pidió explicaciones y dinero, en caso de que utilizasen las imágenes. "Nos argumentaron que su presupuesto era bajo y que solo podían darnos 50 euros", recuerda Bravo. Semanas después descubrieron indignados que esas imágenes formaban parte de un vídeo promocional del ayuntamiento para atraer el turismo.

"Es una paradoja y una contradicción inaceptable", estalla Bravo. "Por un lado explotan la imagen de una ciudad rica en arte y cultura en las calles y por otro, día a día machacan y hostigan a los artistas de calle". Él también alerta de la deriva de Barcelona en pos de "la privatización del espacio público y el control del ciudadano".