El auge de una droga

Barcelona reclama al Govern que regule los clubs de fumadores de cannabis

Tertulia entre los socios del club cannábico La Maca, en el barrio de Sants de Barcelona, ayer.

Tertulia entre los socios del club cannábico La Maca, en el barrio de Sants de Barcelona, ayer.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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No es la primera vez que el Ayuntamiento de Barcelona opta por el camino del medio, a la espera de  movimientos que correspondería dar a la Generalitat, pero que esta no asume. En este caso, lo ha hecho ante la ausencia de la tantas veces reclamada normativa reguladora de los clubs cannábicos, en la que el municipio trabaja desde junio. La ostensible proliferación de clubs cannábicos en la ciudad preocupa al ayuntamiento, que ayer volvió a reclamar al Govern que acelere la regulación de esta actividad, tal y como se comprometió a hacer el conseller de Salut, Boi Ruiz, ante el Parlament el pasado febrero.

No pocos de estos clubes poco tienen de asociaciones de fumadores (a las que el consistorio dice no oponerse) y en realidad actúan como puntos encubiertos de venta de droga. Pese a trabajar en su propia normativa, fuentes del Ayuntamiento de Barcelona explicaron a este diario que el consistorio reclama al Govern que establezca una regulación marco que encauce esta actividad.

EN SEPTIEMBRE / La Conselleria de Salut respondió ayer a la petición municipal con un escueto mensaje: «En septiembre proseguirán los trabajos en busca de consenso sobre el tema entre partidos políticos, vecinos y clubes cannábicos». Fuentes municipales expusieron a su vez su esperanza de que «todos los grupos parlamentarios se pongan a trabajar en una normativa de consenso». El pasado febrero, todos los grupos con representación en la Cámara catalana, excepto el PP, votaron a favor de una moción presentada por ERC en la que se solicitaba a la comisión de salud que, «con el consenso habido hasta el momento», siguiera trabajando para llegar al acuerdo necesarios en el plazo de «cuatro meses».

El objetivo era, y es, que el Govern regule las asociaciones cannábicas desde la perspectiva de la salud pública «en el marco de las políticas de reducción de daños», como han indicado desde Salut en múltiples ocasiones. Pero nada de eso existe. El freno lo aplica la Conselleria d'Interior, que rechaza cualquier ordenación legal de las entidades de consumo, una vía que, entienden, promovería el tráfico de la droga.

INFRACCIONES COMUNES /Con la normativa del Govern encallada, y la municipal en estado embrionario, la ciudad se ha saturado de clubs (el ayuntamiento tiene censados 145) y se anuncia en varias páginas web como la «capital del porro». El Ayuntamiento de Barcelona anunció en junio la suspensión de la comunicación de nuevas aperturas -el único requisito que debe cumplir un club de estas características para funcionar- y esta semana ha realizado el dispositivo Sàtiva, que ha ordenado el cese de la actividad de 49 centros que incumplían la normativa. Otros 13 han quedado precintados por infracciones graves. Siete clubs más cerraron por su propia voluntad tras recibir la orden. Entre las infracciones detectadas en estos registros destaca la publicidad o la incitación al consumo; que bajo el aspecto de club privado se utilice el local como un bar, o que la salida de humos (a veces por la fachada) afecte al vecindario provocando problemas de convivencia y molestias obvias. Los 96 clubs inspeccionados en que no se detectaron infracciones siguen funcionando con normalidad.

Fuentes municipales insisten en que la ofensiva es solo contra los clubs que, simulando ser una asociación, ejercían como una suerte de bares en que, además de bebidas, se vendía marihuana y, en algunos, incluso otras drogas ilegales.

Las principales asociaciones de clubs coinciden con el ayuntamiento -al que por otro lado critican por haber ordenado los 49 cierres de forma arbitraria y precipitada- en que es imprescindible que el Govern deje de escurrir el bulto y regule la actividad para dar seguridad a quienes hacen bien las cosas. En esto están de acuerdo la Federació d'Associacions Cannàbiques Autorregulades de Catalunya y la Federación de Asociaciones Cannábicas de Catalunya.