El azote del temporal

Un grupo de vecinos observa el socavón abierto en la Rambla de Figueres, ayer.

Un grupo de vecinos observa el socavón abierto en la Rambla de Figueres, ayer.

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La estación del AVE de Girona se encontraba anoche cerrada y el servicio de tren de alta velocidad interrumpido entre Figueres y Barcelona, tras inundarse el túnel de esta línea, como consecuencia de las lluvias caídas ayer en la capital gerundense. Aunque el ente ferroviario Adif se limitó a hablar de «filtraciones», sin precisar ni su origen ni sus dimensiones, lo cierto es que una manga considerable de agua inundó, en torno a las 21.00 horas de ayer, las vías y obligó a evacuar un convoy del AVE que estaba en la estación.

Los pasajeros, que observaron desde el andén cómo el nivel del agua subía a gran velocidad, fueron trasladados hasta Barcelona en un tren de media distancia. Es la segunda vez, en poco más de dos meses, que esta infraestructura sufre una inundación como esta, aunque en esta ocasión todo apunta a que la avalancha de agua no es tan grande como la del pasado septiembre.

Además de este incidente grave en el AVE de Girona, el temporal dejó un rastro de destrozos en varias comarcas catalanas. En la Garrotxa, los bomberos de la Generalitat reanudarán esta mañana la búsqueda de una joven de 20 años que iba de excursión junto a otras tres personas por la riera de Llierca y que anoche se encontraba desaparecida después de caer en el cauce y ser arrastrada por las aguas, que en ese momento bajaban con fuerza debido al temporal. Al parecer, también cayeron al agua sus tres acompañantes, pero pudieron ponerse a salvo.

En la vecina comarca del Alt Empordà, donde se acumularon hasta 200 litros por metro cuadrado, el agua ocasionó numerosos problemas, como el hundimiento de una parte de la rambla de Figueres, cortes en carreteras y diversos desalojos preventivos.

PREVISIÓN CUMPLIDA

Al igual que en los dos días precedentes, el Servei Meteorològic de Catalunya (SMC-Meteocat) había activado un aviso por riesgo de lluvias en prácticamente toda Catalunya, pero especialmente en la provincia de Girona. Y así fue, con cantidades extraordinarias como los 190 litros por metro cuadrado que se recogieron en Cabanes y los 135 de Figueres, en el Alt Empordà, así como los 89 de Banyoles (Pla de l'Estany). Las precipitaciones eran el resultado de la formación en el Mediterráneo de una borrasca muy profunda que proyectaba sobre tierra humedad y también polvo de origen norteafricano. Las precipitaciones también fueron copiosas en el interior de Castellón y en el Rosellón, con varios observatorios con registros superiores a los 150 litros por metro cuadrado.

Las cuencas de los ríos Ter, Muga, Llobregat, Fluvià y Terri se encontraban por la tarde en alerta debido al elevado nivel de las aguas y a la posibilidad de que siguiera lloviendo unas horas más. En cualquier caso, parece que lo peor ya pasó y que a partir de hoy el tiempo tenderá a estabilizarse. En los próximos días se espera un descenso acusado de las temperaturas hasta situarse en valores más acordes para la época.

Los bomberos tuvieron que realizar un total de 681 servicios desde la noche del sábado, la mayoría por inundaciones de bajos y garajes, así como para retirar objetos de la calzada, según un balance facilitado a las 20.30 horas de ayer. Una cuarta parte se concentraron en Figueres. En la capital del Alt Empordà, la Rambla sufrió un socavón de unos 40 metros cuadrados como consecuencia de la presión ejercida por las aguas de la riera de Galigans, que circula cubierta por el centro de la ciudad desde el siglo XIX. El hundimiento, que se produjo hacia las seis de la mañana, tumbó también dos árboles de grandes dimensiones que se precipitaron sobre dos casetas de la feria de Navidad. Numerosos bajos también resultaron inundados. El ayuntamiento anunció que las obras de rehabilitación serán «prioritarias» y comenzarán «en breve». En El Far de l'Empordà, 19 usuarios de un centro de discapacitados intelectuales y sus cuidadores fueron evacuados a un polideportivo de Figueres.

En la Vall d'en Bas (Garrotxa), los bomberos desalojaron de forma preventiva a 12 niños y cinco monitores que pasaban el fin de semana en una casa de colonias que, a causa de la acumulación de agua en sus accesos, había quedado incomunicada. En la sierra del Cadí, el derrumbamiento de una casa en Alàs i Cerc obligó a desalojar a una familia que vivía en un inmueble contiguo.

Las carreteras sufrieron un fin de semana de «movilidad complicada», según el Servei Català de Trànsit, debido a inundaciones y a la formación hoyos en el asfalto en unas 40 carreteras. El principal problema ayer fue la acumulación de agua en la AP-7 en Figueres, que obligó a cortar la vía durante cinco horas.

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