día INTERNACIONAL DE LAS MUJERES

El avance de la igualdad de sexos, frenado por el embate de la crisis

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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La igualdad entre hombres y mujeres en todos los niveles de la sociedad está algo más cerca, pero todavía muy lejos. Los últimos pasos, los más difíciles de dar, se están viendo obstaculizados por la crisis económica. Sobre todo por el aumento del paro en el sector servicios, «que es donde se concentra un importante porcentaje del empleo femenino», reconoce Carmen Plaza, directora general para la Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. «Tenemos que redoblar los esfuerzos para evitar que las mujeres seamos las más perjudicadas por la crisis», propone Plaza, al tiempo que advierte de que la difícil situación económica también ha obligado a muchas mujeres que hasta ahora no trabajaban a buscar empleo para paliar la desocupación de sus maridos y parejas.

De la dramática cifra de 5,2 millones de parados españoles, 2,4 son mujeres que quieren trabajar. «Lamentablemente, en la situación actual lo tienen más difícil que antes», advierte la directora general para la igualdad de oportunidades.

PEORES EMPLEOS Y SUELDOS / Las perspectivas se asientan sobre la desigualdad de sexos mostrada por los fríos datos del INE. Ellas comienzan fuerte en la etapa universitaria (son el 54,1%) y tienen mejores calificaciones que los hombres (obtienen el 71,4% de los títulos de grado y de máster). Pero esa proporción no se refleja en la vida laboral. Las féminas ocupan la mayoría de los empleos a tiempo parcial, perciben un 22% menos de salario y desempeñan menos puestos de responsabilidad. A modo de ejemplo, las mujeres solo representan el 16,8% de los catedráticos de universidad, el 7% de los miembros del Tribunal de Cuentas, el 9% en las reales academias, el 34 % del Senado, el 35% del Consejo General del Poder Judicial y el 37,5 % del Congreso de los Diputados.

Según un sondeo de GESOP, la población no activa en Catalunya es un 10% más alta entre las mujeres de 16 a 64 años y el doble a partir de 55. En toda España, el último informe Eurostat apunta que el 26,1% de las mujeres están expuestas al riesgo de pobreza frente a un 24,5 % de hombres.Las responsables de Igualdad y de la Mujer de UGT y CCOO, Almudena Fontecha y Carmen Bravo, consideran que al reforma laboral perjudicará más a las mujeres, entre otras cosas porque, «al soportar mayores cargas familiares, se adaptarán peor a la movilidad geográfica» y porque no se incentiva la reincorporación al mercado de trabajo de las que han dejado el empleo por maternidad o cuidados familiares. «La reforma es discriminatoria, atenta contra los derechos que se venían incorporando a los planes de igualdad», sentencia Bravo.

Marisa Sotelo, presidenta de la Fundación Mujeres, duda de que las medidas de los últimos años hayan contribuido a mejorar la situación laboral de las mujeres, pero tiene claro que la nueva reforma laboral «dificulta sus posibilidades de participación en el mercado laboral y lo hace indiscriminadamente».

Amparo Osca, profesora titular de Psicología en el Trabajo de la UNED, cree que la igualdad de oportunidades se va a resentir con la crisis, ya que la situación económica condiciona los procesos de selección de personal en perjuicio de las mujeres. Lo justifica en los estereotipos todavía imperantes de que las características de los puestos de mayor importancia son más propios de hombres. Osca cree que la crisis favorecerá aun más esta forma de pensar, debido a la existencia de muchos candidatos para pocos puestos de trabajo.

DOBLE DISCRIMINACION / La crisis también producirá una doble discriminación a la hora de encontrar empleo entre las mujeres con discapacidad y las que se encuentran en riesgo de exclusión social y por factores como adicción a drogas, violencia de género o haber cumplido una condena penal. «La primera reacción de los empresarios es negativa. Lo tenemos más difícil que los demás, sobre todo en estos tiempos», lamenta Leonor Pérez, presidenta del Consejo Interterritorial de la ONCE en Madrid. «Al hecho deber consumido drogas se añade la brecha de género estructural», apunta Henar Senovilla, portavoz de la Fundación Atenea.